Kvitova y Osaka se jugarán el título y el número uno en la final
Petra Kvitova acabó con el sueño de Danielle Collins (7-6 (2) y 6-0) y se enfrentará a Noami Osaka, que no se dejó remontar por Karolina Pliskova (6-2, 4-6 y 6-4).
Petra Kvitova ha vuelto a lo más alto del tenis femenino. Olvidado ya el incidente por el que casi pierde la mano izquierda (es zurda) al ser atacada en su propia casa por un ladrón, la checa, doble campeona de Wimbledon, jugará la final del Abierto de Australia este sábado (09:30, Eurosport), la tercera de un grande, primera en pista dura. Para conseguirlo ha tenido que superar a la gran revelación del torneo, Danielle Collins, por 7-6 (2) y 6-0 en 1h:34. Kvitova es la primera jugadora de su país que llega a la final del major aussie desde Jana Novotna en 1991 (perdió contra Seles). Mandlikova fue la última que se fue con el título, en 1987 ganó a la ya estadounidense Navratilova. Su rival será la japonesa Naomi Osaka, campeona del US Open, que repite final en un grande después de impedir otra remontada de la compatriota de Kvitova, Karolina Pliskova (6-2, 4-6 y 6-4 en 1h:53). En juego estará el título y el número uno del mundo.
Petra arrancó incómoda, con el fuerte calor que apareció por fin en Melbourne (39 grados), y perdió su servicio en el quinto juego. Collins, que estaba jugando mejor, no consolidó el quiebre y el partido se igualó de nuevo. Con 4-4 en el marcador, el juez de silla, el portugués Carlos Ramos, ordenó el cierre del techo retráctil de la Rod Laver Arena por la política de calor extremo del torneo. A partir de ahí creció el juego de la checa y en el desempate, una decisión del árbitro descentró a la estadounidense. Perdió y ya no volvió a ganar no un sólo juego hasta el final. Pese al rosco con el que se despide de Australia, Collins se va con la cabeza bien alta. Antes del campeonato no había ganado un solo partido en un major y se va con unas semifinales y 12 puestos más arriba en el ranking, del 35 al 23.
Osaka controló su partido contra Pliskova desde el inicio, pero la discípula de Conchita Martínez no se rindió, mejoró y forzó el tercer set. La japonesa estuvo especialmente brillante con el servicio (15 aces y un 81% de puntos ganados con primeros saques) y despachó en total 56 winners. La checa controló como otros días los errores (21), pero no fue suficiente para frenar a la nipona, un ídolo en su país que va lanzada a por su segundo gran título con 20 años. Si vence en la final, será la número uno más joven desde Wozniacki en 2010, también coin 20.