Garbiñe Muguruza y Johanna Konta se miden este jueves (sobre las 11:00, Eurosport) en un duelo de altos vuelos entre dos jugadoras de parecido corte (las dos rondan el 1,80, son diestras y fibrosas y muy agresivas al jugar) pero distinta suerte. A la española le ha ido mejor, precisamente desde la última vez que ambas se enfrentaron, en el US Open de 2015. Ganó la británica en un partido de segunda ronda, como el de ahora en el Abierto de Australia, duro, competido y con dos desempates. Se decidió en el tercer set a favor de Konta (7-6 (4), 6-7 (4) y 6-2), como los otros dos que jugaron, el mismo año en Eastbourne (6-4, 4-6 y 6-3 para Johanna) y en 2012 en Luxemburgo (4-6, 6-3 y 7-5 para Garbiñe). En suma: tres partidos, nueve sets y 94 juegos. Máxima igualdad.

Casi tres años y medio después, Muguruza, que ya había disputado la final de Wimbledon, ha ganado dos Grand Slams, otros cuatro trofeos y casi 20 millones de dólares en premios, más del doble que Konta, que se ha quedado corta con relación a las expectativas que la rodearon en su país. Con 27 años, dos más que su rival, sus mayores éxitos han sido las semifinales de Australia en 2016 y Londres 2017, y los títulos de Stanford en 2016 y Sídney (su ciudad natal aunque tiene nacionalidad británica y reside en Eastbourne, Inglaterra) y Miami 2017.

En la primera ronda sufrió mucho más Konta, que necesitó tres sets con dos desempates para superar a la australiana Tomljanovic, mientras que Garbiñe se deshizo en dos mangas de Zheng. Las dos están lejos de lo que indica su potencial, más la anglosajona (38ª del mundo), y en la Margaret Court Arena se verá si Muguruza (18ª) impone su mayor categoría. "Recuerdo bien aquel partido del US Open, fue largo, duro y bueno también. Creo que este va a ser un gran partido de segunda ronda", dice la caraqueña.

Garbiñe Muguruza

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