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US OPEN

Serena monta un escándalo y pierde la final contra Osaka

La japonesa de 20 años batió por 6-2 y 6-4 a la estadounidense, que fue sancionada por increpar e insultar gravemente al juez de silla, Carlos Ramos.

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Serena monta un escándalo y pierde la final contra Osaka

Naomi Osaka se proclamó campeona del US Open con 20 años. Su historia, la de la primera persona nacida en Japón, hombre o mujer, que Gana un título de Grand Slam (6-2 y 6-4 en 79 minutos) quedó ensombrecida por el escándalo monumental que mkontó su rival, la gran Serena Williams, con el juez de silla del partido, el portugués Carlos Ramos.

Al principio del segundo set, el árbitró amonestó a la estadounidense por coaching (recibir instrucciones por parte de su equipo), una decisión que no gustó nada a la ganadora de 23 grandes trofeos, que se queda, como en Wimbledon, a las puertas de igualar a la que más tiene, Margaret Court (24). “Nunca he hecho coaching, jamás he hecho trampas”, le dijo. Poco después, tras perder su saque después de haberse puesto en ventaja con un break, Williams rompió la raqueta y fue de nuevo amonestada y, por consiguiente, penalizada con un punto. “Me debes una disculpa, yo no hago trampas”, repitió. El hecho es que su entrenador, Patrick Mouratoglou, reconoció que había hecho indicaciones a su discípula. "Juega por el centro", le dijo.

Osaka volvió a quebrar el saque de Serena y está ya la emprendió sin piedad contra Ramos: “Atacas mi personalidad, eres un mentiroso, no volverás a subirte a otra silla. Di lo siento y no me hables porque también eres un ladrón, me has robado un punto”. El portugués dictó una tercera amonestación por abuso verbal y un juego de penalización (5-3 para la nipona). Después pidió hablar con los supervisores del torneo. “Me hacen esto porque soy una mujer, entiendo las reglas, pero esto no es justo. Muchos hombres dicen cosas a los jueces y no pasa nada. ¿Me va a quitar el juego por ser una mujer?”, continuó, llorando antes de ceder el siguiente juego y el partido. Osaka, entre lágrimas, apenas pudo celebrar su triunfo, un triunfo merecido porque fue mejor. Serena sacó mal y en ningún momento dominó el juego. En parte por eso actúo como lo hizo, por la rabia que le produjo el desparpajo de una niña que ya le había ganado, y bien (6-3 y 6-2) en Indian Wells.