“Crecí siendo ‘federista’, pero Rafa Nadal es increíble”

A sus 19 años, aún tiene cara de niño y la barba no ensombrece su cara. Pero está en la tercera ronda de Wimbledon. Este sábado (14:00, MD1) se enfrenta por primera vez a Rafa Nadal, reto mayúsculo. Es Álex de Miñaur, nacido en Sydney (Australia) pero de origen español, por parte de madre, y residencia en Alicante, donde le entrena desde los 8 años Adolfo Gutiérrez. Una joya que se le escapó a la anterior directiva de la Federación Española. El tenis aussie, con el impulso de Lleyton Hewitt, se adelantó y le dio apoyo y cariño. Cuando el actual presidente de la RFET, Miguel Díaz, quiso reaccionar, era tarde. Ya ha debutado con su país de nacimiento en la Copa Davis y su futuro parece brillante.

De Miñaur se trasladó con su familia a España con 5 años, pero a los 12 tuvieron que volver a Australia para poner en marcha unos negocios y ahí empezó su vinculación. Durante un peloteo en Roland Garros, el doblista Todd Woodbridge se fijó en él e hizo una prueba que cambió su carrera. Desde entonces, volvió a Alicante cada tres meses, al club 40-15, con Gutiérrez. “Pinta bien, pero solo si continúa trabajando como hasta ahora. No tenemos tope; el objetivo era meterse en el top-100 esta temporada y lo ha conseguido. A partir de ahí, ya se verá”, dice su técnico, que le define como “muy buen chaval, responsable. Es tímido y le está pasando todo muy rápido; de no hacer ni una rueda de prensa, a tener una cada día”.

Pese a que representa a Australia, Gutiérrez dice que su forma de jugar es “más latina” y que culturalmente “se identifica con España”. “Le gusta mucho jugar al pádel y al fútbol, es muy del Real Madrid, como su madre”. Pero De Miñaur “se ha comprometido”. “Está a gusto. Lo han integrado y se lleva bien con los demás tenistas de allí (Kyrgios saludó ayer al muchacho en la terraza de los jugadores)”, dijo el preparador español, que asegura que no saldrá rendido contra Nadal: “Es atrevido, piensa que puede ganar a cualquiera. Ahora bien, no es lo mismo jugar aquí, en la central y contra Rafa, aunque haya ganado a muy buenos jugadores”.

“A Nadal le conozco, pero solo nos decimos ‘hola y adiós’ cuando nos cruzamos, y en español”, cuenta De Miñaur, finalista este año en Sydney y que saldrá de Londres, como mínimo, en el puesto 68 del ranking. “Es algo que soñé cuando era pequeño, llegar algún día a jugar aquí”, comenta con ilusión el chico, que se declara “federista”, pero reconoce que Nadal es “increíble”. “Me impresiona su fuerza mental, su garra, lo que ha hecho... Espero tenerlo yo algún día”.