Serena Williams: la madre guerrera remonta y disfruta
La estadounidense, mejorada con respecto a su estrafalario debut en París, consiguió su victoria 318 en Grand Slams ante la australiana Barty, a la que saca 11 años.
El pasado martes, Serena Williams tuvo un debut un tanto estrafalario en Roland Garros, un año y cuatro meses después de haber disputado su último partido en un Grand Slam. Ganó a Krystina Pliskova con su ya famoso traje de una pieza de licra negra, que vistió para representar a las madres guerreras al estilo Reina de Wakanda, en referencia a la película Black Panther de Marvel. Se cayó un par de veces y sufrió de lo lindo para aguantar todo el partido, pero pasó y al día siguiente también ganó en dobles con su hermana, Venus.
Este jueves ha vuelto a la Philippe Chatrier, vestida otra vez de Vengadora y ha ganado de nuevo en individuales a Asleigh Barty, cabeza de serie número 17. Lo ha hecho con remontada (3-6, 6-3 y 6-4) y con mucho disfrute para ella y para los espectadores, que al final no pararon de hacer la ola en las gradas pese a los avisos del juez de silla. En esta ocasión ha ofrecido una versión mucho mejor, con algunas derechas marca de la casa que ya quisieran para sí más de la mitad de las jugadoras del circuito. Sigue teniendo un saque temible (nueve aces y un 81% de puntos ganados con primeros) y con todos sus kilos, fruto de su maternidad, es capaz de colocarle 28 golpes ganadores a una chiquilla.
Así fue amedrentando a Barty, a quien le vino grande este segundo enfrentamiento con la mejor de todos los tiempos, que suma ya 318 victorias en Grand Slams. Ahora se enfrentará a la alemana Julia Goerges, favorita número 11. Con sus dos triunfos en París ha pasado virtualmente del puesto 451 al 258 del ranking y va a seguir escalando si le dejan, porque se lo pasa bien. "Estoy disfrutando de cada partido, me da igual que sea de individuales que de doble". Su risa resonó con alegría y fuerza. Este viernes jugará otra vez con Venus, 36 años la una y casi 38 la otra.