Muguruza rompe la maldición de la segunda ronda en Madrid
La española remontó un partido complicadísimo ante la croata Donna Vekic y se clasificó por para octavos por primera vez desde que participa en el torneo. Su rival será Kasatkina.
A Garbiñe se la acusa a veces de falta de fuerza mental, de irse de los partidos cuando las cosas pintan mal. Pero esta vez, ante una jugadora de 21 años y con mucho futuro, que aprende junto a su novio, Stan Wawrinka, le echó coraje y valentía para derribar otra barrera, un nuevo reto de esos que a ella le gustan, una revancha, ya sea ante una oponente o contra su suerte en todo un torneo.
En el primer set, la hispano-venezolana no pudo hacer demasiado ante el sorprendente aluvión de juego de Vekic, una jugadora con recursos, buena derecha, grandes defensas al límite y precisión. Enfrente, Muguruza falló más de la cuenta, nerviosa al encarar las voleas con demasiada prisa. Así perdió tres juegos al servicio. Muchos para tener opciones. La atmósfera, noche cerrada, fresco y poco público en la Manolo Santana, tampoco ayudaba.
Tocaba remar a contracorriente y llegó el drama. Ese 3-2 en contra con saque de la balcánica, que ya le había ganado en su único enfrentamiento anterior (Monterrey 2014) cuando aún era una adolescente. Ahí se agarró al partido la caraqueña, empezó a intercambiar golpes con agresividad (acabó con 32 winners, 19 más que la croata) y potencia, sin miedo a los fallos, que los hubo (35). Con dos breaks salvó los muebles y miró ya por encima a una rival que empezó a acusar el cansancio pese a su juventud. El resto ya fue un monólogo de Garbiñe, que doblegó a Vekic a derechazo limpio y con buenos saques. Impuso su condición de tercera del mundo y su calidad. Ojalá que este triunfo le empuje hacia arriba.