Garbiñe Muguruza repasó en una entrevista en el diario británico The Guardian algunos de los problemas que las mujeres aún sufren en el mundo del deporte, además de comentar sus pasiones fuera de las pistas y repasar los grandes momentos de su carerra.

Muguruza defendió la lucha por la igualdad de sexos y romper los estereotipos y las críticas qeu reciben algunas jugadoras cuando atraviesan una mala racha. "Palabras como 'femenina' y 'luchadora' pueden ir juntas. Puedes ser femenina y decir, 'De vedad quiero vencerla', pero no quiero parecer un pequeño monstruo en una esquina. Quiero tirar ese muro que dice si eres una cosa u otra. Si eres una deportista femenina la gente dice: 'Oh, ella quiere ser modelo o no está concentrada'. No, nosotras estamos concentradas".

La tenista hispano-venezolana afirmó que su prioridad ahora es el mundo del tenis, aunque también tiene tiempo para disfrutar de la moda, otra de sus pasiones. "Es un tema delicado porque para algunos es complicado dejar que una deportista sea mujer. Para mí, es fácil. Quiero pelear en la pista pero también quiero llevar algo que me gusta. Puedes estar enfadada, competitiva y luchadora y también puedes ponerte guapa y llevar algo de Stella McCartney. Me siento bien así y es importante para tu estima porque tienes que ser fuerte. Soy jugadora y esa es mi prioridad. Me gusta la moda pero nunca quiero ser modelo. No quiero olvidar lo que he hecho bien tan pronto cuando me siento jodida".

Muguruza fue una de las grandes figuras en la gala de los Oscar, a la que acudió vestida de negro. "En los Oscars fui vestida de negro, en honor del Movimiento #MeToo, pero no fue como los Globos de Oro, donde todo el mundo iba vestido de negro. Es un problema que se había silenciado antes pero que ha estado ahí todo el tiempo. Ahora tiene más exposición porque las mujeres que han hablado son famosas y es Hollywood. Si la ganadora de un Oscar habla sobre ello, entonces llega a todos sitios. Pero si una camarera dice que le ocurrió eso entonces nadie la escucha".

La tenista alucinó con el ambiente que se encontró en la ceremonia y comentó el episodio de su foto con Kobe Bryant. "Al principio era como, '¿qué demonios estoy haciendo aquí? No soy parte de este mundo'. Ves a todas estrellas glamurosas y es un sitio para que te vean bien. Fue largo, casi seis horas de ceremonia, pero me lo pasé bien. Fui a la fiesta de Vanity Fair y me encontré a Kobe Bryant. Normalmente no suelo coger el teléfono y decir '¿nos podemos hacer una foto?', pero era Kobe y había ganado un Oscar. Es muy simpático y me dejó coger el Oscar y pesa bastante. Estaba muy tranquilo pero yo estaba muy impresionada al verle".

Garbiñe también repasó la situación de la igualdad en el tenis, donde dijo que se han hecho avances muy importantes en comparación con otros deportes. "Hablé con otras deportistas y no tenían el mismo impacto, dinero e igualdad que tenemos nosotras. El tenis va mejorando y espero que pronto haya igualdad total en todos los torneos. Pero en otros deportes no es así". Sin embargo, Muguruza también destacó la dureza de la temporada en el mundo del tenis, especialmente en los viajes a los torneos lejos de la familia. "El tenis es muy solitario, especialmente cuando eres joven y no viajas con la familia. Solo estáis tu entrenador y tú en China. Pero todas estamos en la misma situación. Tienes que ser una joven adulta, eso me digo muchas veces. Tienes momentos increíbles y muy malos momentos cuando estás sola.Echas de menos a la familia pero el tenis sólo te hace gastar un periodo de tiempo muy pequeño. Haces sacrificios pero no pierdes tu juventud. Soy feliz y muy privilegiada".

Muguruza también repasó uno de los grandes momentos de su carrera cuando derrotó a Serena Williams en la final de Roland Garros 2016 y lograr así su primer título del Grand Slam. "Fue un partido increíble que nadie esperaba. Si me dices antes del partido que ganaría 6-2 y 6-2 estaría sorprendida. Pero nunca dejé de creer en que podía ganar a cualquiera, incluso a Serena, una de las mejores de la historia. Era una de las tenistas que veía en televisión cuando era pequeña. Estaba nerviosa porque ya me había visto con Serena en la final de Wimbledon 2015, donde ganó. Sí, jugué bien, pero ¿quien se acuerda del perdedor? Así, en Roland Garros era como 'no quiero perder otra vez'. Era motivador porque ganar a una de las hermanas Williams tiene un valor extra. Si ganas un Grand Slam ante una de ellas te sientes muy importantes. Es una explosión de felicidad".