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MIAMI OPEN

Carreño cede ante un gran Zverev y se queda sin final

El alemán sacó su mejor tenis ante el español, que no aprovechó un 3-0 en el tie-break del primer set y luego acusó el cansancio por la batalla del viernes contra Anderson.

Alexander Zverev saluda a Pablo Carreño tras la disputa del partido.
ERIK S. LESSEREFE

Lo tuvo cerca, pero al mismo tiempo un poco lejos. Así fue el intento de Pablo Carreño de meterse por primera vez en la final de un Masters 1.000. Con un planteamiento brillante que funcionó muy bien al principio, aunque al final no fue suficiente, el español intentó superar a Alexander Zverev, el más brillante de los jóvenes de la generación del 97. No pudo y cayó en dos sets: 7-6 (4) y 6-2 en una hora y 28 minutos. Al gijonés le faltó algo de fuelle para hacer más daño a un jugador llamado a protagonizar grandes gestas en el tenis, las que aún puede atesorar Pablo a poco que se lo crea. Solo le falta ese puntito de confianza para derribar los muros del top-10. Su estadística contra los diez primeros no es buena (2-23), pero esas dos victorias han llegado en los dos últimos años y aún tiene 26. De Miami sale duodécimo en el ranking y con muy buena imagen. Zverev ya es cuarto y si gana este domingo (19:00, Movistar Deportes 2) el título ante el gigantón cañonero John Isner, se pondrá tercero.

En un primer set que fue de menos a más en cuanto a calidad, Zverev comenzó fallando con su mejor arma, el revés. Carreño le restó casi todos los saques, con bloqueos más que con golpes, y le obligó a entrar en largos peloteos. El alemán se fue entonando y pese al empuje y la profundidad del español, muy rápido de piernas, no permitió ni una sola oportunidad de rotura. Carreño salvó las dos que tuvo en contra y la suerte del parcial se decidió en la muerte súbita. Empezó con un esperanzador 3-0 para Pablo, pero Zverev reaccionó con su mejor tenis, remontó y se llevó el gato al agua.

Podría haber supuesto un duro golpe para el asturiano, pero no se notó en el primer juego de la segunda manga. En su siguiente turno de saque sí flojeó, más por físico y concentración que por una cuestión anímica. Su rival tomó ventaja y carburó resquebrajando su solidez desde el fondo de la pista. La cosa pintaba mal. La paliza de casi tres horas de la tarde del viernes ante Anderson hizo mella en Carreño, mientras que Zverev apenas había gastado 84 minutos en deshacerse de Coric. Un segundo break ya le puso en bandeja la victoria al dos veces ganador de Masters 1.000 (Roma y Canadá). Otra vez será. Quizá en la eliminatoria España-Alemania de Copa Davis.