Cornet, víctima del calor en Melbourne, aviva la polémica
La jugadora francesa sufrió un golpe de calor y estuvo al borde del colapso en su partido contra Mertens, a más de 40 grados. El torneo se defiende diciendo que no se ha rebasado el límite del índice que mezcla humedad, viento y radiación solar.
El calor está haciendo estragos en el Abierto de Australia desde el miércoles. Temperaturas que rozan los 40 grados, y una sensación aún mayor por los vientos de desierto que azotan la ciudad de Melbourne, están convirtiendo en un calvario el desempeño de los tenistas en el torneo. Este jueves, las condiciones son aún peores y a unos les afectan más que a otros. En el primer caso ha estado Alize Cornet (27 años), que sufrió un golpe de calor durante su encuentro contra Elise Mertens que la dejó desorientada y al borde del colapso. Aún así pudo terminar el partido, aunque fue derrotada.
El incidente tuvo lugar al inicio del segundo set, en el segundo juego, en un Hisense Arena cuyo techo retráctil no fue utilizado para cubrir la pista al no darse las circunstancias que estipula la política de extremo calor (EHP) del torneo: 32,5 grados en el índice que mezcla humedad, viento y radiación solar (Wet Bulb Globe Temperature o WBGT). La temperatura llegó a alcanzar los 40,2, con un WGBT de 31,1. Cornet se tumbó en el suelo con fuerte mareo y fue atendida. Le tomaron la presión y le colocaron el clásico collar de hielo envuelto en una toalla. "Estamos completamente te preparados para parar si el índice llega a los 32,5", dijo Wayne McKewen, árbitro del campeonato.
Este suceso avivó aún más la polémica sobre la EHP, que lleva 48 horas siendo discutida por los jugadores que consideran que deberían usarse los techos de las pistas principales y suspender algunos partidos de las que no los tienen para proteger la integridad de deportistas, jueces, empleados y espectadores.
Explicaciones de la organización
La organización del Australian Open emitió un comunicado explicando los motivos descritos arriba para no aplicar la EHP, asegurando que si se rebasan los límites, la pondrán en práctica, cosa que a estas alturas, tarde ya en Melbourne, es poco probable. Además, en los próximos días se espera que los termómetros marquen temperaturas más bajas, sobre los 25 grados.
Craig Tiley, director del torneo, aseguró que están "trabajando codo con codo con el equipo médico para asegurar que los jugadores sepan las mejores prácticas para prepararse para estas condiciones". "Entendemos que competir así no es fácil. También es un reto para nuestro equipo, particularmente para los que trabajan fuera, incluidos los recogepelotas y los oficiales", dice el directivo. "Haremos todo lo posible por ayudar a todo aquel que no se sienta cómodo", continuó, e hizo una promesa: "Al final de cada Abierto de Australia revisamos nuestra política contra el calor y volveremos a hacerlo con el grupo de jugadores".