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Garbiñe Muguruza avanza imparable en el Abierto de Australia. Este domingo ha pasado por encima de la Sorana Cirstea —que eliminó a Carla Suárez en segunda ronda— en 65 minutos y haciendo un partido casi perfecto, con solo nueve errores no forzados y cuatro bolas de break aprovechadas: 6-2 y 6-3. La española alcanza por primera vez en su carrera los cuartos de final del torneo, donde se enfrentará el martes a la estadounidense Coco Vandeweghe, que eliminó a la número uno del mundo, la alemana Angelique Kerber.

Garbiñe no debería temer a nadie si continúa jugando de la manera que lo está haciendo. Su derecha vuela, sus reveses castigan con maldad, saca bien (86% de puntos ganados con el primer servicio) y se defiende de maravilla, con una rapidez de piernas que le hace alcanzar casi cualquier bola por difícil que parezca. Con su solidez atrás casi no le hace falta subir a la red, pero si lo hace es para ganar (5/5). El primer set fue un visto y no visto. En 25 minutos despedazó a Cirstea, una jugadora agresiva que intentó espabilar sin demasiado éxito en la segunda manga. La potencia descomunal de Muguruza impidió la remontada. Además, está versión de Muguruza parece la más cerebral, las más inteligente que se ha visto hasta ahora.

"Es una victoria muy importante, porque había llegado a octavos tres veces aquí y nunca había ganado. He jugado muy motivada", dijo Garbiñe tras el partido mientras era ovacionada en la Margaret Court Arena. El martes, sin duda, jugará en la Rod Laver, camino, quién sabe, si de su primera final en Melbourne.

Garbiñe Muguruza

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