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AUSTRALIA OPEN

La mejor versión de Muguruza se venga y barre a Sevastova

Garbiñe, que sacó a relucir su potente derecha, pasa a octavos tras ganar a la eslovaca 6-4 y 6-2 en 63 minutos. Se enfrentará el domingo a la rumana Cirstea.

Garbine Muguruza.
Garbine Muguruza.PAUL CROCKAFP

Garbiñe Muguruza rescató su mejor versión, la que le llevó a ser campeona en Roland Garros, y pasó por encima de Anastasija Sevastova en un partido que, por lo que se vio en el Margaret Court Arena de Melbourne, tenía concienzudamente preparado la española. En dos cómodos sets (6-4 y 6-2) y apenas 63 minutos, Garbiñe, que no había dormido la siesta según confesó, lo hizo todo bien: se lució al servicio (5 aces), alargó con potencia y colocación sus derechas, contuvo el ímpetu de su rival con buenos golpes defensivos y eligió siempre con sabiduría la mejor opción.

Así se vengó de la derrota que había sufrido ante Sevastova en segunda ronda del pasado US Open. "Me dolió bastante y quería la revancha", dijo la número 7 del mundo tras el encuentro. En octavos de este Abierto de Australia le espera el domingo la rumana Sorana Cirstea, que eliminó en segunda ronda a Carla Suárez y que este miércoles se deshizo de la estadounidense Alison Riske (6-2 y 7-6 (2)). Con este nivel de juego, Muguruza puede soñar con hacer frente a la número uno, Angelique Kerber, en el caso de que ambas se crucen en cuartos. La alemana, que ganó fácil a Kristina Pliskova (6-0 y 6-4) se las verá con Coco Vandeweghe, una rival bastante más dura, a priori, que Cirstea.

Garbiñe arrancó con dudas y un 0-2 en contra que produjo una inquietud que afortunadamente borró de un plumazo. Lo hizo ganando los cinco juegos siguientes con un dominio abrumador. Tres breaks, uno de ellos en blanco, le dieron la primera manga, que cerró con un contundente ace.

En el segundo set no hubo color. La española tiró de repertorio y abrió con otra rotura de saque (no perdonó ninguna de las cinco ocasiones de hacerlo que tuvo) para encarrilar el set y la victoria. Moviendo a Sevastova como un títere la fue madurando y desesperando hasta que ya no pudo oponer resistencia. Victoria de esas que llaman anímicas. Así sí se puede.