Muguruza: un irregular 2016 con Roland Garros en la cúspide
La temporada femenina llega a su fin. Es tiempo de balance. La hispano-venezolana ha alternado sonadas decepciones con grandes actuaciones, como su primer Grand Slam.
La temporada 2016 ha estado llena de altibajos para Garbiñe Muguruza. La tenista hispano-venezolana ha vivido una montaña rusa en este año, cuya cúspide llegó con el primer Grand Slam de su carrera: Roland Garros. Garbiñe se ha consolidado como una de las mejores tenistas del mundo, pero a la vez ha sembrado dudas en varios torneos debido a su temprana eliminación en torneos como Wimbledon o el US Open, donde pudo haber alcanzado el número 1 del ranking WTA si los resultados le hubiesen acompañado
Muguruza ha sumado en la temporada 2016 un balance de 35 victorias y 20 derrotas, números que muestran esos altibajos y que se sitúan lejos de las cifras de Angelique Kerber (59-17), Serena Williams (38-6) o Agnieszka Radwanska (51-16), entre otras jugadoras.
La tenista hispano-venezolana volvió a demostrar su mejor tenis con España en la Copa Federación, donde se impuso a Jankovic y Jorovic para darle la victoria a España ante Serbia, al igual que hiciera dos meses después ante Italia en la eliminatoria de ascenso al Grupo Mundial, cuando derrotó a Francesca Schiavone y Roberta Vinci.
Este hechos sirvió de impulso a Muguruza, que sacó a relucir su mejor tenis en Miami y Stutggart, donde pese a caer ante Azarenka en octavos y Kvitova en cuartos respectivamente (ambas entonces en el Top 10), dejó muy buenas sensaciones. Sin embargo, de vio de nuevo sorprendida por la rumana Irina-Camelia Begu en el Masters de Madrid.
Tras ese paréntesis, Muguruza volvió a desplegar su mejor tenis. En Roma alcanzó las semifinales, donde cayó ante Madison Keys, y en Roland Garros conseguiría su mayor éxito de la temporada y, hasta el momento, de su carrera: Muguruza alzó su primer Grand Slam tras vencer a Serena Williams en la final del torneo parisino.
Sin embargo, después de los torneos en tierra batida no se supo adaptar a la temporada de hierba. En Mallorca cayó en su primer partido ante la belga Kristen Flipkens y en Wimbledon, donde alcanzó la final en 2015, no pudo pasar de segunda ronda tras caer ante la eslovaca Jana Cepelova, diciendo adiós a sus opciones de alcanzar el hipotético número 1 del ranking. En los Juegos Olímpicos, otro de los objetivos de la tenista, Muguruza dijo adiós a las medallas después de caer en octavos final ante la puertorriqueña Mónica Puig, a la postre ganadora del torneo.
Muguruza volvió a desplegar su mejor tenis en Cincinnati, donde alcanzó las semifinales y donde sólo Karolina Pliskova, contra la que se ha enfrentado en estas WTA Finals, le impidió jugar la final. A partir de aquí, Muguruza volvió a sufrir un bajón en sus resultados. Primero en el US Open, donde cayó en segunda ronda ante la letona Anastasija Sevastova. En Tokio, se vengó de ella en octavos, pero en cuartos cayó con Svitolina. Y en Wuhan, cayó en segunda ronda ante Jelena Jankovic.
En el torneo de Pekín, Muguruza parecía que repuntaba de nuevo pese a caer ante Kvitova en octavos, algo que refrendó en el torneo de Linz, donde tuvo que abandonar en cuartos de final por una lesión en el tobillo mientras jugaba ante la suiza Viktorija Golubic.
En las Finales WTA de Singapur, Muguruza pudo ganar su primer partido. Sin embargo, ante Pliskova desperdició una bola de partido en el tercer set. Ante Radwanska, sus 37 errores no forzados le dieron el triunfo a la polaca, aunque demostró su mejor tenis en el tercer partido, con una contundente victoria ante Svetlana Kuznetsova. A sus 23 años, Garbiñe ya se ha asentado en la élite. Ahora, el siguiente objetivo, además de seguir luchando por majors, es que se consolide aún más entre las mejores y tenga un rendimiento regular en la locura del circuito de la WTA.