Roger Federer acaba en 85 minutos con el sueño de Willis
El tenista suizo se deshizo del monitor del Warwick Boat Club (cobra 30 libras por hora de clase), clasificado en el número 772, con tanteo de 6-0, 6-3 y 6-4.
A las 17:00 horas del lluvioso martes de Inglaterra, se hacía realidad el sueño de Marcus Willis, el monitor del Warwick Boat Club clasificado en el número 772 de la ATP: abrir una segunda ronda de Wimbledon en la Centre Court -con el techo cerrado- ante Roger Federer. El zurdo Willis cobra 30 libras esterlinas por hora de clase en Warwick y ha perdido 25 kilos para vivir en Inglaterra con lo que saque del tenis (incluso jugando el 'challenger' de Móstoles), por puro y simple amor a su novia, Jennifer Bate: cuya aparición hizo desistir a Willis de emigrar a Filadelfia, EE UU.
85 minutos después de que el árbitro Carlos Ramos tuviera que orientar a Willis en cada movimiento previo ("hay que girarse a este lado para las fotografías"), Federer había puesto fin al sueño del monitor de Warwick con tanteo de 6-0, 6-3 y 6-4. Con certeza, Willis cobró mucho más por esta clase recibida... que por todas las lecciones que ha enseñado en Warwick: 50.000 libras esterlinas, un poco más de 60.000 euros. Esencialmente, gracias a su excelente victoria de primera ronda sobre Ricardas Berankis.
"Esto es como un partido de fútbol, el ambiente ('atmosphere') es circense", se regocijaba John McEnroe en la BBC cuando la Centre Court entraba en erupción con los primeros puntos de un Willis que mostró un interesante revés cortado y, a rachas, ese tipo de tiro zurdo y curvo que acorrala el revés de Federer. La diferencia final en puntos no fue en nada estrepitosa: 91-65 para Federer... que se igualó a nueve saques directos con Willis. Un Willis que iba a llorar de emoción en el pasillo de la Centre Court, cuando allí le entrevistó la BBC tras su tarde mágica: "Ha sido algo emocionante y fantástico, la cumbre de mi vida. No he salido pensando en la derrota en ningún momento. Quería ganar. Tenía enfrente a Federer, pero en ningún momento quería rendirme. Siempre me decía 'vamos, vamos', 'keep on going".
En el tercer set, la ilusión de Willis (que empató a nueve saques directos con Roger Federer) acarició los focos de la rugiente Centre Court, cuando dispuso de un punto de 'break' para colocarse con 4-2 y saque. Pero Federer solucionó... 'a lo Federer', con un remate de libro: de lección de tenis. Roger Federer: el de los 18 torneos de Wimbledon consecutivos, de los que conquistó siete y disputó otras tres finales.
"Ha sido un partido refrescante, diferente: por la atmósfera, por todo el ambiente, los 'fans", opinó Roger Federer poco antes de que Willis llorara ante la BBC. El sueño del monitor de Warwick había durado 85 minutos. "Ahora que nos despedimos de él, tratemos de conservar esto en la memoria, en su honor". Así termina una de las más famosas novelas de Mark Twain: 'El Príncipe y el Mendigo'.