Muguruza, arropada por su familia, frente a la 108

Por tercer año consecutivo, Garbiñe Muguruza se planta en cuartos de final en Roland Garros. Y lo hizo, además, en su tercera aparición del torneo en la Pista Philippe Chatrier. “Es un honor y un privilegio que no todo el mundo tiene. Pero Garbiñe ha mejorado mucho en su tenis”, dijo a AS su entrenador, el francés Sam Sumyk.

De esa mejora informan los números que Muguruza produjo en el desmantelamiento de Svetlana Kuznetsova, en su turno de octavos en la Chatrier: 6-3, 6-4, con más del triple de golpes ganadores para Garbiñe: total de 37-12 (22-6 en el primer set). El saque de Muguruza voló a 178 km/h. “Ella jugó y restó muy bien, y con la pista húmeda, sus tiros no se levantaban y yo apenas podía hacer nada”, reseñó Kuznetsova, residente en Dubai y campeona de Roland Garros en 2009. Muguruza firmó 3/12 en puntos de rotura a favor.

Su padre, Josean Muguruza; su madre, Scarlet Blanco, y su hermano Igor acompañan en París a Garbiñe, que mañana se cita en cuartos con la estadounidense Shelby Rogers, número 108 del mundo. “Me veo más preparada en los partidos importantes”, opina Muguruza. Rogers lo es.