Thiem, verdugo de Nadal, se llevó el título en Buenos Aires

Le faltó poco a Nicolás Almagro para culminar una semana mágica y revitalizante. Perdió la final del ATP 250 de Buenos Aires frente a Dominic Thiem por 7-6 (7/2), 3-6 y 7-6 (7/4). Pero dejó señales de que, después de transitar por el desierto, está listo para volver a dar guerra. En cuartos ganó al número 9 del mundo, Jo-wilfried Tsonga. En semifinales al 6º, David Ferrer, con quien había perdido en quince ocasiones previas. Y en la final estuvo a centímetros de tocar un título que ya logró en 2011, pero el austriaco de 22 años, el top-20 más joven del circuito, no desfalleció pese a venir de una dura semifinal con Nadal en la que levantó una bola de partido.

En un duelo jugado sobre el filo del afilado revés a una mano que lucen los dos, Almagro jugó tranquilo y acertado. Pero en la tercera manga, tras lograr un primer break, se dejó igualar. Y en la muerte súbita comenzó dominando 3-0 y lo dejó escapar. No llegó esa victoria que necesitaba para crecer más.

Para Thiem es el cuarto título de su carrera. Para el murciano de 30 años, que acumula 12 pero el último data de hace cuatro años en Niza, la confirmación de que hay que volver a contar con él. Tras pasar a mediados del 2014 por el quirófano para solucionar una fascitis en su pie izquierdo, estuvo seis meses parado. El curso pasado no fue fácil, y cayó más allá del puesto 170. Ahora se ha puesto en manos del técnico argentino Mariano Monachesi (ex de Coria, Chela o Robredo) y vuelve a disfrutar. Con la final, escalará puestos desde el 72º que ocupa. Su siguiente parada, Río, donde en segunda ronda podría encontrarse con Nadal, que debutará contra Pablo Carreño.