Muguruza impresiona y está a sólo un set de las semifinales
Galopó sobre la alemana Kerber (6-4 y 6-4). Ha ganado sus dos partidos y necesita un set ante Kvitova para asegurar su clasificación como líder para semifinales.
Cómo de alto puede volar esta mujer, Garbiñe Muguruza... ¿el límite está en el cielo? En todo caso, ese límite va mucho más allá de una barrera tan elástica y atlética como puede ser Angelique Kerber, la séptima tenista del mundo, a la que Muguruza torturó y desbordó antes de someterla por un doble 6-4 en solo 98 minutos. El segundo triunfo de Garbiñe Muguruza en la Masters Cup del Singapore Indoor Arena deja a Garbiñe a un solo set de la clasificación matemática para semifinales, que no se certifica aún porque, previamente, Petra Kvitova había batido en dos sets a Lucie Safarova. La jornada del viernes resolverá este Grupo Blanco con los duelos Kerber-Safarova (ya eliminada) y Muguruza-Kvitova. Solo una derrota por paliza ante Kvitova, combinada con otro triunfo de Kerber ante Safarova, apartaría a Muguruza de las semifinales. Con sólo un set ganado ante Kvitova, Muguruza estará en todo caso en las semifinales.
Pero en el Indoor Arena, Muguruza ("sabe perfectamente lo que quiere", desvela su entrenador, Sam Sumyk) es ya una tigresa que vuela con alas de fuego. Y que fulminó a zarpazos el saque de la confusa Kerber, de paso para ataques mortales en la red: en ese asalto a la vanguardia de la red, Garbiñe ganó 28 de los 36 puntos que atacó. Cada turno de servicio era un infierno para Kerber, bajo la presión de disparos angulados y reveses paralelos mortales para una zurda tan zurda como Kerber: abriendo la pista a cañonazos, Garbiñe tuvo puntos de rotura favorables en todos los juegos del segundo set y consumó un total de cuatro: 4/12.
El partido pudo acabar con un marcador bastante severo para la alemana a la que su entrenador Torben Beltz demandaba "más agresividad" en los restos y en cada punto: Muguruza disfrutó de un 15/40 cuando ya gobernaba la segunda manga por 4-2. No se sabé cómo, Kerber recuperó hasta el 4-4, pero de ahí no pasó, bajo el estrés del cañoneo constante que le venía desde el otro lado de la pista: 38 golpes ganadores de Muguruza (con tres saques directos), por 20 errores no forzados. Fatigada y presionada contra las vallas, Kerber incurrió en 36 errores quizá no tan poco forzados.
Hasta enero de 2015, Kerber había ganado siempre a Muguruza: 3/3. Ahora, Garbiñe ha vencido en los cuatro cruces vistos desde ese mismo enero... y sin ceder un set en los dos últimos. Las recuperaciones y carreras de Kerber ya se van quedando en nada ante el diluvio de metralla ('boom, boom') que Garbiñe dispara desde cada ángulo. Una tigresa con alas de fuego anda suelta por Singapur. Es Garbiñe Muguruza.