Después de acceder por séptima vez en su carrera a las semifinales del Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó, el español David Ferrer no piensa en la posibilidad de acceder a la quinta final del abierto barcelonés, uno de los objetivos que "más ilusión" le haría conseguir.

El alicantino, tercer cabeza de serie del abierto barcelonés, se ha exprimido al máximo para superar al alemán Philipp Kohlschreiber por 6-3 y 7-6, en un partido en el que ha reconocido estar "un poco nervioso" ante un rival "nada fácil".

"Ha sido un partido muy tenso, que ha estado muy igualado. Me hubiera hecho daño haber perdido el segundo set", ha explicado en rueda de prensa.

Según Ferrer, ante el jugador teutón ha "subido el nivel" respecto a los dos últimos partidos y ha destacado que ha mejorado en su servicio, a pesar de las cuatro roturas que le ha endosado su rival.

No esconde Ferrer que le gustaría llevarse el Godó por primera vez -"es el torneo que más ansío en ganar después de un Master 1.000 o un Gran Slam", ha dicho-, aunque ha negado que sea "injusto" que aun no lo haya ganado.

"Al final el tenis es un deporte muy justo y el ránking no engaña. Cada uno está donde tiene que estar. Si no gano el torneo es porque no lo he merecido. También perdí una semifinal contra Verdasco y ese año (2010) no estaba Nadal", ha puntualizado.

En cualquier caso, Ferrer ha admitido que se encuentra "bien físicamente y tenísticamente", por lo que confía mantener la competitividad mostrada ante Kohlschreiber.

Preguntado por la derrota de Rafael Nadal en los octavos de final ante el italiano Fabio Fognini, el de Jávea se ha mostrado sorprendido por el resultado del balear, si bien ha subrayado que "está con ganas y condiciones" de ganar Roland Garros por décima vez.

"El de Rafa (Nadal) no es un problema de nivel, es un problema de confianza. Los partidos que se le han escapado le han generado desconfianza. Él lo busca y, quien lo busca, lo encuentra", ha aseverado.

Ferrer se verá mañana las caras ante su compatriota Pablo Andujar, número 66 del mundo y del que ha destacado que, al igual que él, es "un jugador que le gusta atacar y que le pone mucho ritmo al partido".