Durante el invierno del 2020-2021 las estaciones de esquí de Europa se cerraron al público. Una oportunidad única para el equipo formado por el freerider Sam Favret, el documentalista Maxime Moulin y el piloto de drones Hensli Sage para descubrir las laderas de Chamonix-Mont-Blanc completamente vacías de personas y con metros y metros de nieve virgen posada en sus balcones.

“El paisaje era puro, casi intacto. Había una sensación de libertad en lo que podíamos hacer. Estaba más tranquilo que de costumbre, más relajado”, recuerda Maxime. El equipo estaba seguro de que este era un momento histórico.

Sin remontes para abordar, el equipo caminó desde el valle hasta la cima, escalando hasta cinco horas a través de la nieve profunda, una y otra vez. “Sabía que iba a ser un desafío físico”, dice Maxime, “pero no me di cuenta de hasta qué punto”.

Sin embargo, los drones ofrecieron al equipo la máxima flexibilidad con respecto a su tiempo en la montaña y evitaron la logística limitada de las cámaras fijas que solo podían filmar secuencias muy cortas a la vez. Eso habría requerido más tiempo de filmación y un esfuerzo más agotador por parte de todos los participantes. Además, los drones también ofrecieron un extra de seguridad que no se podría haber logrado enviando a un operador de cámara con equipo tradicional a la montaña.

Logística del rodaje

FLOW está hecho 100 % a partir de imágenes de drones, y el equipo alternó entre drones FPV, DJI Inspire 2 con Zenmuse X7 y DJI Mavic 2 Pro para obtener los mejores resultados posibles. Los drones FPV de Hensli integraron el sistema DJI Digital FPV. “Este sistema digital de alta definición proporciona una respuesta de calidad sin igual”, dice Hensli. “Poder ver el entorno en el que estás operando es esencial para sentirte seguro y poder volar a gran velocidad cerca del suelo”.

Pero, ¿cómo se comunicaba el equipo mientras Sam se lanzaba montaña abajo a una velocidad vertiginosa? Requirió una preparación cuidadosa mediante el uso de radio y teléfonos antes y durante el descenso de Sam.

Como lo describe Maxime: “Al filmar con una cámara terrestre, podemos comunicarnos directa y visualmente. Al filmar con un dron, la distancia requiere tener una discusión detallada antes del rodaje y estar en contacto con una radio o un teléfono durante la acción para ajustar las tomas”. Primero, Hensli hizo un vuelo de reconocimiento y luego el equipo planeó la toma. Una vez levantado y listo para esquiar, Sam llamó a Maxime y Hensli por radio o por teléfono. Verificaron nuevamente y acordaron las mejores formas de esquiar y volar juntos. ¡Acción!

El resultado es un corto de esquí freeride que atrapa el tiempo y lo maneja como si fuese una esponja. Una belleza sobrecogedora que envuelve a un diminuto rider en el níveo dominio del Montblanc. En balde Flow recibió el premio al mejor cortometraje internacional de esquí del Festival de Cine de Esquí High Five 2021 en Annecy, Francia.