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MENTALIDAD IMPARABLE

Mejor no es perfecto: Rafa Nadal ya es historia definitiva del deporte

Resiliencia es aceptar con humildad y sobreponerse con valentía. Resiliencia es vencer la adversidad.

Rafael Nadal from Spain celebrates winning with he trophy his Men's Singles Finals match against Daniil Medvedev from Russia at the 2022 Australian Open, Grand Slam tennis tournament on January 30, 2022 at Melbourne Park in Melbourne, Australia - Pho
AFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Clase magistral de resiliencia de cinco horas y 24 minutos el pasado domingo en Melbourne. El maestro: Rafa Nadal. Los alumnos: todos los que vibramos como hacía tiempo que no lo hacíamos en una final. Y Medvedev, claro. La final más dura, la final más inesperada y celebrada. Una que se jugó en cada punto y que nos mantuvo enganchados a la pantalla sufriendo como si no hubiera un mañana (y como si no hubiera que comer). Sí, el estándar de lo que debe ser una gran batalla por ser el mejor.

Rafa Nadal remontó dos sets en contra, pero su rival no le dio respiro. No le puso fácil lo que, al empezar al torneo, parecía imposible: conquistar 21 grand slam (y coronarse como el mejor de todos los tiempos) en un Abierto de Australia al que acudió con ambición, pero consciente de dónde venía: seis meses para olvidar. Lo del domingo fue una final que volvió a darle un giro al concepto resiliencia. A ponerla en boca de todos cuando algunos se habían olvidado. Y a callar las de quienes ya le daban por ‘retirado’.

Resiliencia es saber sobreponerse cuando las cartas vienen mal dadas y de eso Nadal sabe mucho. Resiliencia es aceptar con humildad y sobreponerse con valentía. Resiliencia es vencer la adversidad. En el caso de Nadal, seis meses prácticamente sin jugar, arrastrando una lesión que lo acompañará lo que le quede de carrera y con la que ha hecho historia al alzarse con la copa de campeón.

¿Qué distingue al deportista resiliente?

Que lo es una vez y mil veces. Las que haga falta. Rafa Nadal llegó a la final del Open de Australia habiéndolo dado todo en cada partido y, al mismo tiempo, sin preparación previa para lo que ya sabía que no iba a ser un camino de rosas. Llegó, contra todo pronóstico. Y venció. Lo hizo su cuerpo, pero lo orquestó su cabeza. Una fortaleza mental que solo se consigue con trabajo, sacrificio y amor por la raqueta.

El manacorí fue de menos a más: calibró sus puntos fuertes, corrigió sus áreas de mejora y se mantuvo firme y sereno ante los reveses (que fueron muchos y brillantes) de un digno rival que por momentos perdió los papeles, lo que desató cierta enemistad de un público que tampoco se lo puso fácil. Pero el respeto, las formas y la educación de Rafa Nadal, mostrados a lo largo de su carrera, pondrían al mismo diablo de su parte, porque son valores universales. Todos están en su equipo.

A nivel táctico, destacar que, de cada error del ruso, Nadal fue reconfigurando el partido. No fue perfecto en ningún punto ni en ningún set, pero sí fue doblegando a su rival, incapaz de mantener su dominio ante cada asalto. Para hacerlo posible, sacó el resto. Él mismo ha reconocido estar ‘hecho polvo’ en el quinto set. Si hubiéramos tenido la oportunidad de evaluar físicamente a ambos, el ruso hubiera salido vencedor. Pero una victoria no la determina el cuerpo, sino la mente. Ya lo dijo Nadal en rueda de prensa: “la cabeza respondió bien. El físico aguantó y me permitió luchar hasta el final”.

Hablamos de resiliencia en un partido, pero también en una carrera. Donde otros se hubieran detenido o rendido, Rafa Nadal ha sabido mirar siempre hacia delante. Con entereza, seriedad y respeto por aquello que más ama: el tenis. Es la demostración de que en deporte no gana la perfección, sino la fortaleza. Lo vimos en el partido: Nadal no fue perfecto, pero sí fue mejor que un Medvedev, paradójicamente, en mejor forma física. La x de la ecuación se resuelve, como ya hemos visto, en otra parte del cuerpo: la mente.

Recuperar y sanar

Rafa Nadal es un jugador que no se rinde. Si lo hace, es porque, literalmente, algo se ha roto. Si no, va hasta el final. En cada partido, el deportista lo da todo. Entrega su mejor versión. No la perfecta, sino la mejor que puede contar en ese momento, con esas circunstancias. Las que le han acompañado en Australia no han salido fáciles, pero ante la adversidad recomponerse es la mayor virtud. Nadal ha hecho un master en eso. Lo ha hecho siempre. Y dos sets en contra no iban a ser suficiente para doblegarlo.

¿Ante un partido físicamente extenuante, dónde podemos encontrar una ventaja?

En la mente. Nadal no es imbatible. Si lo fuera, hubiera sentenciado el partido en tres sets. El partido de ayer es un ejemplo de cómo reconducir mentalmente un partido en contra hacia la victoria. Quien conoce a Rafa sabe que por mucho que aceptara que su nivel no era el deseado en un torneo de ese calibre, siempre juega para ganar y eso es algo que distingue la mentalidad del guerrero. Siempre en pie. Siempre preparado para luchar y no rendirse.

Ya hemos hablado otras veces de esa mentalidad, así que hoy te la voy a resumir en siete rasgos que pudimos identificar en la final del domingo. El guerrero…

1.- Sabe mantener la mente serena y concentrada. Lo distinguiremos buscando ese momento de conexión interna. Cada saque de Nadal es un ejemplo.

2. Atesora una capacidad de aprendizaje continuo: sabe echar la vista atrás para absorber todo lo que ha pasado aprendiendo de cada acción, exitosa o frustrada.

3. La confianza es otro rasgo que lo define, en la victoria y en la adversidad. Su confianza neutraliza el miedo al fracaso y le permite seguir adelante.

4. Ama lo que hace por encima de todo. No se imagina haciendo nada más porque es en la práctica de ese ejercicio donde se siente verdaderamente libre y entregado.

5. Es autocrítico y pone el foco en la mejora continua. Sabe reconocer lo que hace bien y lo que aún le falta para convertirse cada día que pasa en un deportista más completo.

6. Celebra cada oportunidad de competir tanto o más que una victoria. Entendiéndola como un entrenamiento más que le brinda oportunidad de ser una mejor versión de sí mismo.

7. Aborda cada actividad con el deseo y la necesidad de hacerlo lo mejor posible. Mira al rival a los ojos para derrotarle desde el respeto y la máxima exigencia.

Si te interesa saber más sobre cómo integrar esa mentalidad en tu día a día, te recomiendo escuchar el podcast Imparables donde, en el primer episodio de la temporada, rendimos pleitesía a otro grande del tenis: Brad Gilbert.