Así es si así os parece

Al Barça le dura un instante la alegría. Leonardo Sciascia, el gran escritor italiano, decía que la felicidad es un instante, y eso duran los instantes en que el Barça arranca la medio sonrisa a la que vez en cuando acude a aliviar los horrores de su mala suerte. Así es si así parece, decía Luigi Pirandello, el más afamado de los dramaturgos italianos del siglo XX, para el que las paradojas eran síntoma del entretenimiento. Ahora el Barça ni es feliz ni es aguerrido ni es un más que club ni es nada. Así es si así os parece.

A los que somos, más que aficionados, discípulo del antiguo testamento de los malos tragos del Barça de la época de Llaudet, estos desastres de una guerra triste no nos hallan desprevenidos, porque en guerras más grandes hemos perdido la esperanza, aunque persistamos en la fe como muchachos educados para perder la fe y recuperarla de inmediato. Se nos da perder, aunque en el cómputo final de los partidos tengamos que reconocer que nos ha dado vergüenza perder sin honra, perder como cualquiera, o, peor aún, empatar habiendo merecido perder.

Hubo un solo futbolista, Gavi, el de las lágrimas tras la derrota ante el Bayern, que mostró entusiasmo y arrojo, capacidad de jugar con sus compañeros para alegrar el porvenir de un partido que se parece al Hundimiento, aquella película sobre la más grave de las atrocidades del siglo. El Barça perdió empatando. Lo siento. No he dicho a nadie, com decía José Hierro en el más emocionante de sus poemas, no he dicho a nadie que he estado a punto de llorar.