El prestigio del futbol pasa por el control y la buena gobernanza.
Ante las últimas actuaciones de las autoridades policiales, la necesidad de Compliance y control económico en el fútbol no profesional quedan evidenciadas.
La gestión del deporte en nuestro país está profesionalizando progresivamente y es una gran señal para el futuro que nos aguarda. No hablo de los éxitos deportivos, que si bien tienen mucho que ver no solo con lo que se da en el campo, sino también en los despachos, en España somos un "caso de éxito" fuera de toda duda. De lo que hablo, es de como la gestión del propio deporte en las Federaciones y Clubes cada vez esta más profesionalizada y poco a poco se aleja de cierto amateurismo, que si bien cuenta muchas veces con la mejor de las voluntades, no responde a unos retos de futuro.
Cuando pensamos en un deporte como punta de lanza de futuro, es imposible no pensar en el deporte rey, en el fútbol. El futbol es ampliamente el deporte que mueve una mayor masa social tanto en cuanto a practicantes como aficionados. El futbol es el deporte al que quieren jugar la gran mayoría de niños y sus estrellas, son los referentes para estos jóvenes. Por supuesto el fútbol es el deporte en el deporte que más réditos económicos genera y cuyo presupuesto es mayor.
Ante este escenario resulta necesario preguntarse, "¿Conlleva un gran poder una gran responsabilidad?", en mi opinión la respuesta es Sí, y creo que dos de los principales organismos de nuestro fútbol han respondido acertadamente a este reto.
Desde hace años La Liga ha sido reconocida por su gestión en cuanto al control económico de los clubes de La Liga ( 1ª y 2ª División) y como resultado el nivel de endeudamiento y saneamiento de estos clubes es significativamente mejor al de décadas pasadas cuando resultaba habitual escuchar hablar de posibles clubes en bancarrota. Igualmente La Liga impulso la necesidad de concienciar a sus miembros en relación a la importancia del Cumplimiento Normativo, exigiendo un programa de Compliance a todos sus miembros para participar en la competición y adicionalmente estableciendo la obligatoriedad de que estos programas sean revisados por un agente externo cada temporada.
La Real Federación Española de Fútbol también ha apostado desde la llegada del Presidente Luis Rubiales por hacer del cumplimiento bandera y de la transparencia seña de identidad. Más allá de otros potenciales desacuerdos, el compromiso por la integridad de las competiciones es la mejor noticia para nuestro deporte. La RFEF, apostó por un desarrollo y actualización de su propio Código Ético y del Código de Cumplimiento Normativo, con el establecimiento de severas medidas como las posibles sanciones ante el incumplimiento del Código Ético que podría sancionarse con hasta 100.000 euros por parte de los órganos disciplinarios, además de la inhabilitación para ejercer actividades relacionadas con el fútbol federado durante 5 años. La RFEF además ha participado en importantes iniciativas como el Congreso de la FIFA sobre Compliance del año pasado en donde se presentaba el Compliance Handbook, una guía de buenas practicas para todas las federaciones y confederaciones.
Sin embargo y como ocurre en todos los procesos paulatinos, alejado de los grandes focos y presupuestos de La Liga, debemos poner el foco en las categorías no profesionales de nuestro fútbol donde también existen importantes riesgos que pueden poner en riesgo la reputación de nuestro fútbol y el deporte base en sí.
Hace poco más de un año, 11 clubes presentaron una carta en la que denunciaban que existían clubes de su categoría cuya gestión de pagos no se ajustaba a la regulación vigente y que eso producía una situación de competencia desleal. La respuesta de la RFEF fue contundente exigiendo que se dieran nombres y pruebas con los que poder actuar en tal caso. Es importante recordar que las entidades deportivas tienen responsabilidad penal y, por tanto, puede ser responsables de los comportamientos delictivos a semejanza de lo que ocurre con las personas físicas. En cualquier caso estás denuncias deben seguir los tramites habilitados para ello, preservando todas las garantías y la confidencialidad. Si pedimos Compliance y vías de denuncia, deben ser usadas también y no aprovecharse de la prensa en este sentido
La semana pasada y como consecuencia de esta carta, se conocía que la Guardia Civil investigaba a al menos un decena de clubes de segunda B y Tercera división y efectivos del cuerpo policial y de Inspección de Trabajo han entrado este miércoles en las sedes de varios equipos al haber detectado indicios de fraude a la seguridad social por parte de las entidades.
La primera división RFEF, es un proyecto verdaderamente competitivo y atractivo dentro del futbol no profesional del mismo modo que la Primera femenina o Primera de fútbol sala. Proyectos de los que la RFEF puede estar orgullosa y ser su principal escaparate fuera de grandes citas mundialistas o competiciones de los combinado nacionales. Sin embargo debemos atender a estos proyectos como oportunidades que si buscan los objetivos que predican como instalaciones para miles de espectadores, desde el punto de vista del Compliance y el control económico se debe asegurar que esta sea una iniciativa de éxito que proteja el deporte y los valores asociados al mismo.
Puede parecer contradictorio, pero es preciso tomar medidas y actuaciones profesionales para hacer grande el fútbol no profesional. La RFEF controla que estos clubes estén al corriente de pagos con la Agencia tributaria como requisito para otorgar ayudas lo que supone un primer control fundamental. Sin embargo, considero que se puede ser más ambicioso en materia de buena gobernanza y. compliance, por desgracia muchos de estos clubes no tienen los recursos necesarios para afrontar por si mismos este cambio. La RFEF tiene ante sí una oportunidad para tomar las riendas e impulsar y creer en la importancia de estos programas como en su momento también La Liga apostó en sus competiciones y estoy convencido de que será una potencial línea de actuación en el futuro por el bien de todo el deporte.