El ingrediente secreto de la victoria de Paula Badosa en Indian Wells
La resiliencia es compañera inseparable de la fuerza mental: donde va una, va la otra. Y donde van juntas, llega el éxito.
No es casualidad que el secreto de la victoria de Paula Badosa sea, además, una de las palabras propuestas por la Fundación del Español Urgente a ‘palabra del año 2020’: hablamos de ‘resiliencia’. Parece mentira que hayamos tenido que vivir una pandemia para aprender e integrar su significado. La resiliencia es la capacidad que tiene el ser humano de adaptarse y recuperarse frente a una situación adversa. Y de eso Paula Badosa sabe -y mucho-.
Ya que estamos hablando de pandemia (aunque por suerte no en los mismos términos), la canción del Dúo Dinámico ‘Resistiré’ explica a la perfección esa capacidad con una hermosa imagen: “soy como un junco que se dobla pero siempre sigue en pie”. Ese junco es resiliente por naturaleza. Nosotros lo hemos sido por convicción y fuerza mental durante un año y medio, como lo fue Badosa en California. Porque sí, la resiliencia es compañera inseparable de la fuerza mental. Apunta: donde va una va la otra.
Una gran y necesaria excepción
Al vencer a Victoria Azárenka (7-6, 2-6, 7-6), la catalana de 23 años no solo conquistaba su primer gran título (Indian Wells es conocido como el quinto Grand Slam), sino que se colocaba entre las mejores tenistas del mundo. El caso de Paula es singular pero paradigmático si nos ponemos en la piel de una joven con talento que muy pronto se enfrenta a la presión por ganar ‘cuanto antes’. La prisa mata, dice el dicho, y en el deporte parece que, si no se pasa por ese aro, el de la celeridad, un deportista está condenado al olvido. Por suerte, Paula Badosa se ha conjurado para ser la excepción, entendiendo que cada persona necesita su tiempo y el suyo, sin prisa, ha llegado.
La oportunidad siempre llega a quien trabaja y se prepara para ganar, pero no todo el mundo sabe aguardar el momento adecuado y mucho menos mantenerse firme tras la derrota. Paula Badosa forma parte de ese grupo de valientes que se levantan una y otra vez hasta que lo consiguen, esperando pacientemente a que su suerte cambie con esfuerzo, disciplina y pasión. Porque, como ya hemos hablado anteriormente, en el error, en la caída, podemos encontrar las claves para alcanzar la victoria.
Sin embargo, levantarse es muy difícil. Muchos deportistas interpretan la derrota como una falta de habilidad y talento, algo que les lleva a abandonar el camino que un día emprendieron con la ilusión de una ‘joven promesa’. Paula no está en ese grupo porque ella es una tenista con una gran resiliencia. “Nunca dejéis de soñar, ningún sueño es demasiado grande", dijo en rueda de prensa.
La batalla mental
En un partido de tenis la resiliencia brilla con cada golpe, punto y set jugado. ¿Es posible alejarse de la presión por el fallo y centrarse en dar lo mejor en cada momento? Ante esta encrucijada no hay músculos que valgan, sino una mente capaz de resistir el embate de un golpe, punto o set. Paula Badosa supo y puso contra las cuerdas a su rival en una batalla que ella misma ha definido en una entrevista en este medio como “mental, física y tenística, con agresividad, golpes al límite y esfuerzo incondicional”.
La final de Indian Wells no estuvo exenta de presión. Badosa lleva años preparándose para ello y sabe lo complicado que es mantenerse al margen de lo que se supone que debe pasar. Jugar bien, como dijo en esa misma entrevista, es lo fácil. Hay cosas que cuestan mucho más: gestionar la presión, el entorno, etc. “Cada uno tiene su tiempo y quiero remarcar eso, porque hay niñas jóvenes que con 17 piensan que tienen que ser las mejores. Y no es así, hay gente que gana torneos con 30. Hay que tener mucha paciencia”, explicaba.
Quizá Paula haya ganado su primer gran título, pero lleva años convirtiéndose en una mejor tenista y no solo una joven promesa. Como apuntaba, no es suficiente saber cómo pegarle a la pelota, de derecha, de revés. “Habría que enseñar a llevar esas expectativas, esa presión, porque estás solo en la pista y eso no lo conoces con 18 años”, ponía en valor la catalana.
Es inquietante comprobar por qué nadie explica a estos jóvenes deportistas cómo dejar de ser una promesa y convertirse en una realidad. En algo más que un ‘sueño’. ¿Por qué esa parte mental se deja al azar, condenando a quien no lo consigue a ser solo eso: una promesa? Si quieres saber más sobre la importancia del coaching deportivo para jóvenes deportistas, te recomiendo que eches un vistazo a este artículo en el que explico de qué manera podemos aprender a trabajar nuestra mentalidad para pasar de ser una joven promesa del deporte a ser una incuestionable realidad.