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La revancha de Solsona sobre Núñez

El Valencia ganó 0-3 al Barça en 1980 en un gran partido del centrocampista.

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El gol de falta de Solsona en el Barça-Valencia (0-3) de 1980.
EL MUNDO DEPORTIVO

El 27 de septiembre de 1980 el Barça recibía al Valencia en la cuarta jornada de Liga. Kubala había dejado la selección tras nueve años para coger el banquillo (se comprometió justo antes de la Eurocopa e incorporó al Barça a dos de sus internacionales, Alexanco y Quini, pero aquello no levantó la polvareda del caso Lopetegui-Real Madrid, dicho sea de paso). El Barça no había ganado más que una Liga de las últimas 20. Se confiaba en Kubala y en los nuevos fichajes para lograrlo.

El Barça de Kubala empezó bien, con dos victorias, pero acababa de perder en El Molinón y no dejó de suscitar comentarios irónicos que perdiera ante el equipo al que acababa de arrebatarle a Quini. El Valencia, con Kempes y Morena en su delantera, se sentía entre los aspirantes. Lo entrenaba Pasieguito, también gran exjugador del club. Y también venía de una derrota muy dolorosa, ante el Hércules en Mestalla.

Kubala decidió no convocar ni a Olmo ni a Martínez, con lo que parecía culparles de la caída en Gijón, lo que provocó debates. Por otra parte, corrió el rumor de que Migueli estaba pensando en un gran contrato con el Cosmos. Por lo que respecta al Valencia, iba a faltar Kempes, todo un problema, y Pasieguito dejó caer que podría debutar Sempere en la portería, sustituyendo a Pereira, que estuvo mal ante el Hércules. Sempere, que luego daría gran rendimiento, era un portero ágil y serio, pero con una estatura (1,76m) demasiado corta para lo habitual en el puesto.

Kempes y Morena aparte, la perla del Valencia era el centrocampista Solsona, jugador a un tiempo pinturero y eficaz. Criado en el Espanyol, donde fue el primer jugador que hizo el recorrido completo desde los infantiles (creados el año en que él llegó) hasta el equipo mayor. Fue figura desde muy joven, admirado en todos los campos. Núñez quiso ficharle cuando accedió a la presidencia del Barça. Para Meler, presidente del Espanyol, era muy duro vender al jugador símbolo. Gaspart, que llevaba la negociación, le insistió muchas veces, la oferta económica llegó a ser muy alta, pero todo se estropeó cuando, a la vista de las dificultades, Núñez propuso que jugara un año cedido en el Barça, a prueba, y después decidirían cuánto valía de verdad. Aquello sonó a ofensa en todo el Espanyol, incluido Solsona. Rota la operación, llegó una oferta del Valencia, al que se incorporó ya para la 78-79. Estaba en su plenitud, ya internacional, con 26 años y tras ocho de titular en el Espanyol.

El Camp Nou se llenó para el partido, en una noche agradable. El público acudió optimista, dispuesto a superar las polémicas y a olvidar la derrota de Gijón. En los prolegómenos Migueli y Zuviría recibieron el premio de El Mundo Deportivo como mejores barcelonistas de la temporada anterior, y Quini la Bota de Oro de Phillips como máximo goleador nacional, que lo había sido en el Sporting. Todo muy aplaudido.

El Barça empezó suelto y alegre, atacando la meta del pequeño Sempere, que respondió muy bien. En el 24′ se produjo la jugada que cambiaría el partido: córner contra el Barça, el meta Amador despeja y Solsona recoge el balón en el pico del área y lanza una suave vaselina que cae llovida en la escuadra contraria. Un golazo que silenció el estadio. Tras los correspondientes abrazos, cuando regresaba a su posición, Solsona hizo un significativo gesto, señalando al palco de Núñez, como diciendo ‘este gol es para ti’.

El partido se le averió del todo al Barça en el 30′, cuando un centro de Saura se le escapa a Amador y Morena, muy vivo, aprovecha para hacer el 0-2. Los de Kubala trataron de reaccionar tras el descanso, pero en el 64′ se terminaron de desmoronar cuando Solsona, otra vez él, batió de nuevo a Amador en un golpe franco que rozó la barrera. El resto es un baile. El Valencia se dedica a lucirse, ante un Barça desconcertado y con su propio público jaleando con olés el juego preciosista del Valencia, tejido todo él en torno a Solsona, que se llevaba los mejores aplausos.

El Mundo Deportivo titulará: ¡¡¡MAZAZO!!! 0-3 El Barça, una caricatura para el Valencia. Pasieguito confiesa: “He sufrido por Kubala, es amigo mío”. Éste, por su parte, dirá: “Ha sido el peor día en mi carrera como entrenador”. No durará mucho: caerá en la novena jornada. Ese partido marcó su declive.

Solsona recuerda aquella noche con cariño: “Me solían salir buenos partidos ante el Barça, pero esa vez estuve en estado de gracia. Con el primer gol me salió aquel gesto, no sé por qué. Fue algo así como un leve brindis a Núñez. Hoy, con tantas cámaras, hubiera armado un gran revuelo”.