Gran partido de Vinicius Jr y su gran error tras el gol.
La gran noche de Vinicius quedo empañada “fuera” del campo de fútbol. En un momento en el que se extreman las precauciones, ni la euforia puede ser excusa.
Este domingo el Real Madrid volvía a su estadio, al Santiago Bernabéu en donde no jugaba un partido desde el inicio de la pandemia y además con público, si bien la asistencia se encontraba limitada. Una noche muy especial por lo que esto representaba además con el estadio en plena remodelación y que desde el plano deportivo no podía empezar peor para los intereses del equipo merengue.
El Celta de Vigo se adelantaba en el minuto 3 pudiendo escucharse ciertos pitos que hacía meses no sonaban en el campo y alertando de que la exigencia del público madridista no había mermado tras estos meses. El Real Madrid aguantaba y aunque acorto distancias con gol de Benzema, el Celta acabaría yéndose al vestuario por delante y manteniendo la tensión.
Posiblemente esta tensión desbocada fue lo que provoco que cuando Vinicius Jr, un jugador especialmente cuestionado en temporadas anteriores por su falta de acierto en los últimos metros de cara al gol, culminase la remontada con un gran gol, en su celebración y de manera irreflexiva saltase la valla de la grada y celebrase con todos los aficionados su tanto.
Este tipo de celebraciones se han demostrado peligrosas en cualquier momento en múltiples ocasiones. Por citar algún ejemplo, en septiembre de 2018 cuando cedió la grada en la celebración un gol del Sevilla frente al Éibar en Ipurua, en 2017 cuando 29 aficionados resultaron heridos al ceder una valla en el Amiens contra Lille o en 2014 con múltiples heridos tras ceder una valla en El Sadar. No es algo nuevo y en 2011 ya encontrabamos esta situación con la celebración de un gol de Osasuna o con un grupo de aficionados del Nápoles al ceder una valla en El Madrigal. También si nos remontamos a 2007 recordamos al menos 15 heridos en Mendizorroza tras ceder una valla en un Alavés- Éibar.
Resumiendo, las celebraciones que involucran a aficionados de una forma tan directa entrañan un peligro directo para los aficionados y para el propio jugador. En esta ocasión además nos encontramos un importante agravante, la situación sanitaria que hemos vivido en el último año y medio. No debería ser difícil de recordar, ya que todavía estamos lejos de superar esta situación y aunque parezca que nos encaminamos en esa dirección, cada día ingresan y fallecen personas por esta causa. Aun así y como recordatorio cuando el Real Madrid decidió gestionar la vuelta al estadio y la venta de entradas, implemento un protocolo en el cual se debían dejar asientos libres para guardar una determinada distancia de seguridad que en cuanto Vinicius salto, desapareció por completo y se creó una gran aglomeración donde todo el mundo pareció olvidar mascarillas etc.
Procuraré no ser alarmista en esta cuestión, ya que es poco probable que en un tras un contacto tan reducido se produzca un contagio como tal (aunque nadie puede asegurarlo), pero es una cuestión de imagen del Real Madrid y de La Liga que desde el primer momento se ha esforzado en generar una apariencia de control y responsabilidad. Que los jugadores tras ser sustituidos estuvieran en la grada a varios metros de distancia y con mascarilla cuando hacía escasos minutos estaban abrazádose en el campo o juntos en el vestuario, no respondía únicamente a motivos sanitarios, sino a un criterio de imagen y percepciones en los que acertadamente La Liga no podía aparentar no estar siendo celosa con estos protocolos cuando a todos como sociedad se nos exigen estas medidas.
El Código Disciplinario es claro y establece en su artículo 111 apartado 1.h) "Se sancionará con amonestación cuando con ocasión de la celebración de un gol el futbolista se despoje de su camiseta o la alce por encima de la cabeza, así como cuando se encarame a la valla que rodea el terreno de juego". De igual forma, la Intenational Football Association Board (IFAB), establece que "se deberá amonestar a un jugador por trepar las vallas perimetrales y/o acercarse a los espectadores de una manera que suscite problemas de seguridad"
Este precepto ocupó numerosas tertulias y artículos tras la expulsión de Diego Costa en 2018 ante el Getafe comparando con otras ocasiones en las que quizás se había sido más laxo en la aplicación de la norma. Vinicius tuvo una gran noche que corono con el gol y empaño con la celebración. En el mundo del deporte y el futbol con la repercusión que tiene, la imagen es tan importante como los goles y en esta ocasión el jugador no estuvo a la altura de las circunstancias actuando de forma impulsiva.
Quizás esta excepcional situación sanitaria que vivimos y que este domingo hizo explotar la burbuja, sirva para finalmente concienciar de la importancia de esta norma y evitar nuevos casos similares y los riesgos que acarrea.