Esperpento en La Vuelta, esperpento en Brasil.
La decisión que deberá tomar la FIFA sobre el reparto de puntos no tiene precedentes. Una decisión aparentemente política que pone a FIFA en una encrucijada.
Este sábado veía, la que imaginaba sería la noticia caótica de un fin de semana que se antojaba "tranquilo" tras el cierre del mercado de fichajes. Veía como la estrella del equipo Movistar, Miguel Ángel López, (Superman López), al verse fuera de la lucha por el podio en La Vuelta abandonaba la carrera en la penúltima etapa.
Tras 30 kilómetros de etapa, el ciclista colombiano se sentaba dejando su bicicleta e ignorando toda orden de equipo abandonando la lucha por la competición y esperando a que un vehículo le recogiera. Esta actitud es completamente reprochable y una grave falta de deportividad y de respeto por sus compañeros.
Sí solo decidiesen terminar la competición aquellos que van a terminar en podio, acabarían solo 3 y no todo el pelotón. Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre el problema de la falta de competitividad de algunos deportistas como el caso de Benoît Paire en sus partidos de tenis o el peligro de que algunos casos celebrados como el "empate olímpico" entre el qatarí Mutaz Essa Barshim y el italiano Gianmarco Tamberi se convirtieran en norma.
El deporte es emocionante gracias a la lucha de estos atletas hasta el final, la posibilidad de que se de alguna sorpresa y la lucha que demuestran en cada paso, salto o pedalada. El propio López reconocía después "Desistí de seguir luchando por una batalla que estaba prácticamente perdida. Sólo quiero decirle a la afición, a los patrocinadores, a toda la organización de La Vuelta (...) pedirles perdón por lo que pasa y por cómo ha ido esto en el día de hoy".
Habrá que ver como responde el propio equipo y los patrocinadores con un Superman López que renovó hace escasas semanas con el Movistar Team hasta 2023.
Pensaba profundizar sobre esta cuestión, como cuando fallan los valores y el respeto por la integridad del deporte este se tambalea, pero la actualidad obliga a excepcionalmente centrarnos en otro caso, de nuevo, esperpéntico como el que se vivió el domingo en la cancha de Corinthians.
El partido que se presentaba como la revancha de la reciente Copa America se suspendió a los 6 minutos de juego. La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) interrumpió el encuentro por una supuesta irregularidad en la llegada de 4 jugadores de la Premier League.
Antes de seguir describiendo los bochornosos hechos, toca preguntarnos, quien gana con esta cuestión y porque se orquesto de esta manera esta polémica. Como declaraba Leo Messi, llevaban 3 días en el país y se espero al inicio del encuentro para que esta actuación resultase pública y notoria.
Las rápidas declaraciones del hijo del Presidente Bolsonaro (también senador), nos hacen pensar en ciertos intereses políticos en Brasil dentro de las más altas esferas para querer suspender el encuentro. "Los argentinos jugaron malas pasadas. Sabían que estaban infringiendo la ley brasileña, impidieron que Anvisa se fijara en ellos y, por la fuerza, entraron sus cuatro jugadores de Inglaterra, la Policía Federal tiene que investigar quién no tomó medidas antes del partido y Argentina debería ser severamente castigada".
Tras la irrupción de los agentes la Anvisa en el terreno de juego, los jugadores de Argentina se retiraron al vestuario y aunque los capitanes Messi y Neymar intentaron ver como reanudar el encuentro, se negaron a jugar si estos 4 jugadores (Emiliano Martinez, Emiliano Buendia, Cristiana Romero y Lo Celso) no podían volver al encuentro.
La Conmebol por decisión del árbitro del partido dio por suspendido definitivamente el encuentro y lo elevará a la Comisión disciplinaria de la FIFA para que decida sobre esta cuestión. Una cuestión que se antoja como "un papelón" importante para la FIFA, ya que no existen antecedentes de casos como estos ni por tanto jurisprudencia al respecto.
La Comisión tendrá que estudiar y valorar la posible primacía de una Ley Nacional sobre una Norma deportiva, si era razonable esta exigencia por parte de las autoridades Brasileñas cuando de facto, la FIFA y la Conmebol habilitan un corredor sanitario para que toda la delegación, que está en una burbuja sanitaria, no deba realizar el aislamiento.
Igualmente deberá analizar si la Anvisa ciertamente notifico con tiempo suficiente a la selección que estos jugadores debían guardar una cuarentena obligatoria o proceder con su inmediato retorno al país de origen como así afirman oficialmente. Las acusaciones no resultan pecata minuta y se acusa a estos jugadores además de incumplir las normas sanitarias de dar informaciones falsas y mentir en sus tramites de inmigración.
Lo cierto es que parece haber dos lados y en esta ocasión no son Brasil y Argentina enfrentadas, sino el deporte y la política. Tanto la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) como la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) parecen coincidir en que la Anvisa se extralimito y se podía haber evitado antes.
Volviendo al "papelón" de la FIFA, deberá decidir a quién da los puntos del partido y decidir sobre un encuentro del que solo se jugaron unos minutos. Esto no solo afectará a Brasil y a Argentina sino a otros combinados nacionales que luchan por la clasificación del Mundial de Qatar. Por supuesto es un caso que en un sentido u otro será probablemente apelado y puede acabar llegando al TAS en un escenario en el que puede acabar resolviéndose con la clasificación ya cerrada o incluso el habría que ver si el propio Mundial.
Una maniobra aparentemente política que golpea el deporte en un encuentro en absoluto discreto y que supone un verdadero esperpento para todo el futbol mundial.