Encuentro con Laura Madrueño
La presentadora de Telecinco, consumada buceadora técnica, acaba de publicar su primer libro sobre viajes, buceo y naturaleza marina.
Diez de la mañana en Cabo de Palos, el cielo despejado con el estío lanzándonos un sol en todo su esplendor y la mar plana y sin viento, perfecta para el buceo, solo falta que no haya mar de fondo y que la visibilidad sea buena. Laura ha embarcado con una enorme sonrisa su equipo rebreather, su neopreno semiestanco y unas larguísimas aletas blancas de apnea. Es una buceadora consumada en dos de las disciplinas más duras y difíciles de las actividades subacuáticas, la apnea y el buceo técnico. En el trayecto hablamos de buceo ¿De qué hablan los buceadores sino? Para mí, en ese momento, Laura es una técnico del fabricante de equipación de buceo Mares, ni más ni menos, una confusión provocada principalmente por mi ignorancia televisiva (en mí descargo argumentar que desde hace más de un lustro mi hijo maneja en exclusiva el mando de la televisión) y porque Marc Mayoral, director comercial de Mares España, me recomendó hablar con Laura sobre una equipación nueva que iba a probar en este viaje, mi imaginación hizo el resto.
Paso de gigante por popa y descendemos hasta los - 15 metros. Laura fluye con sus elegantes aletas sin aparentar esfuerzo alguno, con la pericia propia de quien domina el medio acuático. Yo voy algo más espeso, con unas aletas un pelín pesadas e intentando dominar la flotabilidad del nuevo equipo algo tiquismiquis. La inmersión transcurre placentera entre la pared rocosa del acantilado, parterres de posidonia y cardúmenes de bogas.
Ya de vuelta en el barco Laura me saca de mi error regalándome una sorpresa y una anécdota que contar a mis nietos en el mismo paquete. No trabaja para Mares, sino en los informativos de Telecinco como responsable del espacio de meteorología. Laura Madrueño es la telegenia orlada por isobaras, anticiclones y vientos de componente norte, con una faceta submarina poco conocida fuera del entorno mediático televisivo. Y aún hay más, posee su propia productora de documentales submarinos (We Are Water Films), es escritora y divulgadora ambientalista, acaba de publicar su primer libro, además de colaboradora comprometida con organizaciones de protección de la fauna marina. En el buceo, a veces los tesoros se encuentran bajo el agua y otras son tus compañeros de inmersión.
¿Por qué empezaste a bucear?
Siempre he tenido una relación muy cercana con el mar porque mis padres eran buceadores, empezaron a bucear aquí en España en los años setenta cuando apenas había equipos de buceo. Me llevaban a navegar desde que era una cría, y mi padre me llevaba a bucear a pulmón desde que tenía tres o cuatro años enganchada a su cuello y me enseñaba las praderas de posidonia, los pulpos y las estrellas de mar. Siempre he tenido una conexión mágica con el océano y en cuanto pude empecé a bucear con botellas.
¿Qué diferencia hay entre la apnea, el buceo deportivo y el buceo técnico? ¿Son actividades tan peligrosas como las pintan en los medios?
En absoluto, de hecho, no son actividades peligrosas si se practican de forma responsable y en pareja. Practico las tres modalidades y por ejemplo el buceo (ya sea recreativo o técnico) casi nada tiene que ver con un deporte como la apnea.
La apnea es una disciplina muy mental, un viaje contigo mismo en el que tienes que conocer y controlar muy bien tu cuerpo. Eso sí, la libertad y las sensaciones que consigues bajo el agua son indescriptibles.
El buceo recreativo es una actividad muy distinta pero no menos recomendable, es menos exigente a nivel físico y mental y por eso se puede realizar a cualquier edad. Para realizar cualquiera de ellas considero fundamental estar en forma y saber nadar bien.
El buceo técnico es un paso más en este mundo, y son necesarias bastantes horas de formación dentro y fuera del agua, y aquí ya sí que asumimos más riesgos a la hora de bucear más tiempo, a más profundidad y con distintos gases. En mi caso lo hice para poder realizar una grabación para uno de nuestros documentales submarinos a más de 60 metros con tiburones martillo. Pero normalmente no buceo con la dotación de técnico, aunque es cierto que a nivel profesional te aporta una formación y unas posibilidades espectaculares bajo el agua.
¿Es el buceo técnico análogo al alpinismo de alta montaña?
Mmm... te diría que poco tienen que ver, ya que aunque el uso del oxígeno en alta montaña se ha duplicado en las últimas dos décadas, para alcanzar un ochomil también puedes ascender sin oxígeno. Para bajar a 120 metros en el mar o lo haces con botella o eres Miguel Lozano -subcampeón del mundo de apnea- (jajaja). Además, las inmersiones con botella a esas profundidades te obligan no solo a llevar oxígeno enriquecido, si no a llevar otras botellas con gases como el Helio, más ligero y que respirado a grandes profundidades te permite estar más lúcido.
¿Espeleobuceo en cenotes de México, exploración de un pecio del siglo XVIII a -50 metros en el Caribe o inmersión con grandes tiburones de Australia?
¡Qué difícil me lo pones! Los cenotes son una experiencia única que cualquier buceador debería probar al menos una vez en su vida. A mí me encantan , pero es cierto que en ellos echo mucho de menos la vida del fondo marino. Los pecios también me gustan mucho , pero te diría que me quedo con naufragios como el Umbría, hundido enfrente de la costa sudanesa en el mar Rojo a pocos metros de la superficie… sigue intacto desde que se hundió en la Segunda Guerra Mundial y explorarlo, especialmente de noche, es algo inenarrable. De hecho, hemos hecho un cortometraje dedicado a esta inmersión llamado “Historia de un pecio”.
Y los tiburones australianos todavía no he ido a visitarlos pero tengo documentales con tiburones toro, nodriza, ballena y martillos, y te diré que aunque estoy enamorada de esta especie, las que me han robado el corazón son las ballenas.
¿Es cierto que la vida marina está muy amenazada mundialmente? ¿Qué medidas se deben tomar para revertir la situación?
Actualmente los océanos se enfrentan a tres problemas principales generados por los humanos: el calentamiento global, el consumo masivo de plásticos y la sobrepesca. El primero de ellos, resumiendo mucho, está calentando los mares y cambiando su pH, obligando a miles de especies a migrar para sobrevivir y matando a otras como los arrecifes de coral.
Por otra parte, nuestra generación está abusando de los plásticos de forma destructiva para su entorno y los mares, ya que estamos usando un material prácticamente indestructible apenas unos minutos y la mayoría de esos plásticos acaban cada día en nuestros mares, convirtiéndose en pequeños trozos que ya son el alimento de cientos de miles de especies y están contaminando toda la cadena trófica hasta llegar a nuestros platos.
La sobrepesca que estamos ejerciendo sobre los océanos es ya difícil de reparar porque hemos superado con creces los límites científicos recomendados (los TAC) y hay especies que están a punto de desaparecer. Por no hablar de lo dañinas que son la mayoría de artes de pesca de gran altura y de las toneladas ingentes de especies amenazadas que se pescan cada día de forma accidental como tortugas o tiburones. Estos últimos a su vez están siendo sobrepescados por su aleta mediante el siniestro negocio del aleteo (les cortan las aletas y los devuelven vivos al océano hasta que mueren desangrados o devorados por otros animales), algo que ahora entre todos podemos frenar firmando la iniciativa ciudadana StopFinning que llegará al Parlamento Europeo si conseguimos un millón de firmas antes de fin de año.
Para revertir la situación hay que tomar medidas urgentes a muchos niveles, con pequeños gestos en casa cómo consumir menos en general para intentar frenar la quema de carbón y el consumo de plásticos de un solo uso, fijarnos a la hora de comprar y hacerlo de forma sostenible, productos de temporada, de proximidad… En mi libro os dejo infinidad de ideas que podéis adoptar fácilmente en vuestro día a día y porque es imprescindible hacerlo.
¿Qué encuentro debajo del agua te ha impresionado más?
El mejor momento de mi vida fue el día que me sumergí a pulmón con las ballenas piloto. Tuve la oportunidad de hacerlo para capturar sus heces (se están estudiando y ya todas contienen microplásticos) y para divulgar información sobre estos animales que también se encuentran en peligro en el suroeste de Tenerife, una zona donde ahora quieren construir el mega puerto de Fonsalía, un proyecto insostenible que destrozaría el hábitat de infinidad de seres vivos que allí habitan de forma estacionaria como los calderones.
¿Cuál es tu destino de buceo favorito en España? ¿Y en el extranjero?
En general para bucear lo que más me gusta es embarcar en un vida a bordo de buceo. En España me gusta mucho bucear en Columbretes y le tengo mucho cariño al azul del norte de Menorca, a la reserva de Fornells, y a las costas de La Azohía o de Tenerife.
Fuera de España el azul y el mar que más me ha enamorado es el Rojo tanto egipcio como sudanés, por su visibilidad, por su explosión de vida, por la temperatura del agua… También viví experiencias únicas en Similan Island, en Tailandia, en las reservas marinas de Filipinas o en Zanzíbar.
¿En qué proyecto estás ahora?
Acabo de publicar mi primer libro, Somos Agua, en el que además de compartir mi cuaderno de bitácora con los mejores momentos que he pasado bajo el mar, hablo en profundidad sobre cambio climático, plásticos y sobrepesca. También ahora junto con mi productora We are water films estamos terminando nuestro próximo documental que esperamos estrenar en otoño, un documental rodado en Sudán con tiburones martillo que además narra la fascinante historia del Comandante Cousteau en estas aguas.
¿Qué expedición te gustaría realizar en el futuro?
Lo tengo clarísimo: aunque me congele me muero de ganas de hacer una expedición por la Antártida para bucear y poder contemplar la naturaleza y el silencio en su máxima expresión.
¿Cuál es tu equipación de buceo preferida?
La verdad es que en los últimos meses he estado buceando con el nuevo rebreather de Mares y las sensaciones han sido estupendas, creo sinceramente por muchos motivos que estas máquinas serán el buceo del mañana. Pero normalmente buceo con una botella pequeña a la espalda y suelo llevar otra de siete litros si bajamos más o grabamos durante más tiempo, suelo llevar una mezcla de configuración con algunas cosas del buceo técnico en la dotación de recreativo.
¿Qué le recomendarías al lector que se quiera iniciar en el buceo?
¡Qué no se lo piense más! Bucear es una de las mejores sensaciones que podemos experimentar, es lo más parecido a volar. No podemos permitirnos irnos de este planeta sin admirar y conocer ese mundo extraterrestre que tenemos en nuestros océanos y que cada día consigue emocionarme.
Libro "Somos Agua"
Lectura que combina el activismo y la denuncia climática con la aventura de una mujer que ha buceado entre tiburones, ha viajado a cuevas donde la vida parece haberse detenido en el tiempo. "Estáis a punto de hacer un viaje apasionante por las profundidades, en el que por primera vez va a ver la luz el diario de buceo que llevo escribiendo y dibujando desde hace más de veinte años y en el que comparto cada uno de esos momentos mágicos en los que el océano ha conseguido dejarme sin aliento. En este libro compartiré con vosotros lo que se siente al explorar a pulmón un barco hundido que combatió en la II Guerra Mundial o lo que sentí cuando se cruzó delante de mí una ballena de diez metros en medio del Atlántico."
Aguilar. P. V. P. 19,95 €