Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

MENTALIDAD IMPARABLE

La incierta gloria del portero: gestionar el estrés ante el abismo del fallo

Cuando el estrés entra por la puerta, el acierto salta por la ventana. Así se gestiona la presión desde los 11 metros.

02/07/21  PARTIDO EUROCOPA 2020  CUARTOS 
 ESTADIO SAN PETERSBURGO
 SUIZA - SELECCION ESPAÑAOLA ESPAÑA 
 TANDA DE PENALTIS  UNAI SIMON
Pablo Garcia/RFEFRFEF

Un ‘doble’ fantasma diluido: superar los temidos cuartos con ‘extra’ de penaltis. Ese cerro infranqueable que tanto ha minado la moral de quienes seguimos a la selección desde hace algunos lustros. Ante Suiza, los de Lucho no tuvieron la clarividencia ni la determinación que mostraron ante Croacia. Fue un partido espeso donde hubo una figura que brilló por encima de las demás: la de Sommer. El cancerbero suizo mantuvo con vida a su equipo hasta los penaltis -y a España sin aliento-. No había manera. Que su nombre se baraje en las quinielas del mejor portero de la Eurocopa habiendo quedado eliminado no hace más que corroborar su talento.

No fue Sommer el único portero que brilló (especialmente en una prórroga en la que Suiza no hizo sino resistir hasta forzar unos penaltis en los que reposar en portero el desenlace). España fue incansable (especialmente en el tramo final) pero no acertó lo suficiente como para liberar a Unai Simón de esa misma suerte.

Y llegaron los penaltis. Contra todo pronóstico, el portero español se resignificó de forma magistral tras la pifia del gol en propia puerta con el que prácticamente se iniciaba el partido ante Croacia. No era fácil hacerle sombra al portero que dejó fuera a la Francia de Mbappé, también en la tanda de penaltis y Unai obró el milagro: detener dos penaltis. España viaja a Londres para jugar las semifinales ante Italia. Cojamos todos aire -o visita al cardiólogo-.

De estos cuartos nos llevamos unas cuantas lecciones de resistencia suiza y de persistencia española. Pero sobre todo una figura: la del portero que asume y gestiona la presión de echarse una ‘final’ (todos los encuentros de la Eurocopa lo son) a las espaldas. Sommer y Unai, Unai y Sommer fueron claves en el partido. Sommer brilló en la prórroga. Unai se llevó la gloria de los penaltis.

Dos jugadores que desarrollan su talento en una situación de estrés constante. Y eso no es fácil. Rendir bajo presión es complejo y requiere preparación, templanza, carácter y concentración. Como una especie de soledad del corredor de fondo, nadie sostiene la mano del portero en la tanda de penaltis (que se lo digan a De Gea). Por eso, su capacidad para gestionar el estrés es tanto o más importante que su talento a la hora de parar el esférico.

El estrés es el proceso que se pone en marcha cuando una persona percibe una situación o acontecimiento como amenazante o desbordante de sus recursos y exige del individuo un sobreesfuerzo. Dentro de ese proceso de cambios que implica el estrés, la ansiedad es la reacción emocional más frecuente. Y los miedos, fundados o imaginarios, actúan como un fuego que enciende y propaga tanto el estrés como la ansiedad con mucha rapidez.

Según Yerkes y Dobson, existen tres estados en relación al estrés y rendimiento: el estrés bajo, el estrés óptimo y el estrés alto. De esos tres ‘estreses’, el ideal es la zona del rendimiento óptimo, denominado “flujo” según las investigaciones de un experto de apellido impronunciable -Mihály Csíkszentmihályi-. El nivel o flujo óptimo de estrés permite aprovechar al máximo cualquier talento que podamos tener y por tanto obtener el máximo rendimiento. Es decir, un grado justo de estrés es necesario para alcanzar el estado y la tensión apropiados para rendir al máximo, bien sea en nuestro trabajo, deporte o vida personal. Los porteros son un buen ejemplo.

El estrés “bueno” moviliza la cantidad adecuada de cortisol y adrenalina –las hormonas del estrés– para hacer el trabajo con efectividad, pero cuando la presión y la ansiedad son excesivas los niveles de estas hormonas se disparan y, lejos de ayudarnos, dificultan nuestro rendimiento.

¿Qué podemos hacer para mantener a raya el estrés en competición?

1.- Pregúntate: ¿dominas la situación? ¿o la situación te domina?

¿Estás preparado para rendir bajo presión? ¿Lo has comprobado alguna vez? ¿Eres consciente de cómo actúas? Haciéndote estas preguntas estarás anticipándote a lo desconocido y sabrás lo que necesitas para que llegado el momento dispongas de las herramientas necesarias para gestionar la situación.

2.- Analiza qué elementos dependen 100% de ti.

En situaciones de alta exigencia la clave está en identificar y enfocarse únicamente en aquellos elementos que dependen 100% de ti. Fija tus metas en ello. ¿Cómo quieres actuar? Una frase de Luis Enrique a Unai lo resume perfectamente: "Le he dicho que se moviera, que metiera presión a los lanzadores”.

3.- Bajo presión: ¿analizas o te paralizas?

En una final está prohibido pensar en los riesgos que conlleva tomar una decisión bajo presión. En cuanto empiezas a pensar en los riesgos, la mente se cierra, se queda en un conocimiento básico y limita tu capacidad creativa. Ya que solo piensa en términos de blanco o negro, acierto o fallo.

4.- Enfócate en tus capacidades. Ayúdate de elementos internos para superar la presión del momento (confianza, experiencia, habilidad, trabajo realizado y convicción). Enfócate en tus propias capacidades, no en la suerte, ni en tus rivales. Piensa que te mereces estar ahí, has trabajado mucho para lograrlo y ahora tienes la oportunidad perfecta para mostrar tu talento.

5.- Equilibro bajo presión

¿Sabes qué hace que tu presión aumente? Una de las fuentes que origina un mayor estrés es el excesivo foco en el resultado, es decir, en el resultado y no en el proceso. La palabra clave aquí es: consciencia. Puedes regularla combinando dos cosas: fijando tus objetivos y enfocándote en el proceso para conseguirlos.

6.- Entrena tu mente.

Aprendiendo a marcar objetivos, desarrollando tus capacidades para enfocárte en el proceso y no en el resultado. Regulando la presión, entrenando la consciencia para identificar la fuente que genera esa tensión, automatizando el proceso y anticipando los imprevistos. Todo eso es controlar la mente. Cuanto más lo hagas, más lo dominarás, y acabará siendo un proceso natural.

Recuerda: una mente concentrada solo capta aquellos aspectos de la situación que son necesarios para llevar a cabo la tarea. Esa mente no se distrae con otros pensamientos o hechos externos, sino que está pendiente solo de lo que importa aquí y ahora.

Si quieres conocer de primera mano cómo la gestión del ruido en competición es clave para ser campeón, no puede perderte el testimonio de Cristina Beltrán, deportista imprescindible que ha revalidado su título de Campeona de la Copa de España en Tiro Olímpico por segunda vez consecutiva.