NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

MENTALIDAD IMPARABLE

Saúl Ñíguez, un jugador valiente que se atrevió a mirar detrás del espejo

Aceptar que mentalmente no es un buen momento es el primer paso para cambiar.

Saúl Ñíguez, un jugador valiente que se atrevió a mirar detrás del espejo

2021 parece estar dispuesto a arrebatarle el título de histórico a 2020, que se dice pronto. No va mal encaminado. Solo ha sido necesaria una semana para asaltar el Capitolio o teñir el país de blanco con postales inéditas y temperaturas siberianas -entre otros desperfectos-. Pero no es lo único histórico que ha sucedido esta semana: Saúl Ñíguez, jugador incuestionable del Atlético de Madrid, ha dado la cara (y el corazón) ante una victoria inesperada que dejaba fuera de la Copa del Rey a su equipo frente a un Cornellà en estado de gracia.

No, no es la primera vez que David (un equipo de segunda B) vence a Goliat (el Atlético ya fue eliminado por la Cultural Leonesa el año pasado). Pero sí es la primera vez, o una de las pocas veces, en las que un capitán entona el mea culpa apuntando directamente a las razones de su bajo rendimiento, sin recurrir a tópicos manidos ni excusas. Algo que, más allá de la sorpresa, solo hay que agradecer.

El rival jugó bien, como él mismo dijo, pero él no está bien, dejando claro que es consciente de ello y de que, precisamente por eso, ahora mismo él no es el capitán que su equipo necesita. Su confesión, valiente y sincera, es histórica por lo poco frecuente que es aceptar -y entender- que hay algo más que no funciona y que no obedece a lo estrictamente físico: su fuerza mental, su confianza.

Que un jugador acepte y comparta públicamente que mentalmente no se encuentra en un buen momento no debería ser algo histórico, pero lo es. Aceptando que hay un elemento que mina su rendimiento y que muchas veces pasa desapercibido para el resto. Algo sucede para que el cuerpo no responda como debería, para que el cuerpo no haga lo que la mente le dicta.

Saúl ha hecho lo más difícil y su confesión es una declaración de intenciones. Aceptar una situación es el primer paso para cambiarla. Aceptar el banquillo es un trago amargo para quien está acostumbrado a estar en primera línea de fuego. Pero la generosidad no está reñida con la ambición. Ahora no es el momento. Es el momento de trabajar para volver a ser el jugador imprescindible que siempre ha sido. La afición, además, ha aplaudido su valentía y espíritu de equipo.

Lo cierto es que hace ya algunos partidos de LaLiga Santander en los que Saúl no es titular. Comparte banquillo con otros tantos excelentes jugadores que, como él, deben gestionar ‘estar fuera’ de algo de lo que quieren formar parte y que les define: del juego. No vale con ser bueno, el jugador profesional debe ser imprescindible porque, si no lo es, el equipo prescindirá de él. No es una batalla fácil de digerir, pero es un escenario con el que deben convivir a diario. Una lucha más añadida al ‘partido a partido’.

Muchos deportistas ‘crecen’ en el banquillo: entienden su posición y el trabajo que deben hacer para ser mejores. Otros entienden que su espacio es precisamente, ocupar ‘espacios’, estar ahí para cuando el equipo les necesite y tengan su oportunidad. Pero no son pocos los deportistas que en el banquillo se encuentran como un pulpo en un garaje. De repente, tras años en primera línea, se ven relegados y en lugar de crecer, menguan.

Teresa Bernadas, hasta hace unos meses, jugadora internacional de hockey sobre patines y una de las deportistas con las que he tenido el inmenso placer de trabajar. Tras estar en lo más alto con la Selección Española, un accidente la dejo fuera del equipo. Tras superar una lesión, Teresa tuvo que lidiar con las dudas de ser ‘descartada’ cuando siempre había tenido una posición privilegiada. Fueron momentos duros en los que, salvando las distancias, tuvo que mirarse al espejo, como Saúl Ñíguez. Ser sincera con ella misma, con su rendimiento y con sus objetivos. Su nivel y el del equipo transcurrían por caminos distintos.

No fue fácil, y la tentación de colgar los sticks planeaba sobre su mente. Porque, para quien siempre había jugado todos los minutos, no jugar ninguno es algo muy duro para lo que no estaba preparada. Pero, por suerte para el deporte español, no fue así. “Sabes lo que vales, sabes lo que eres, sabes lo que haces. Solo hay dos opciones: rendirse o entrenar y jugar más fuerte para llegar. Yo me dije, lo que quiero es esto y voy a por ello”, me explicó la protagonista en una entrevista.

¿Cómo se prepara el deportista para no jugar y, sin embargo, crecer? Para mejorar ‘en la sombra’ y ser mejor, trabajar la mentalidad es imprescindible. El trabajo físico es importante, pero la fuerza mental será lo que determine si el banquillo podrá con él o, por el contrario, lo llevará a un nuevo nivel.

¿Es posible entrenarla? Sí. La fortaleza mental en el deporte también se entrena. Es el factor que un deportista debe trabajar para superar sus propios límites y dar el máximo, aprendiendo a gestionar dudas, pensamientos, emociones y acciones. El músculo que Saúl Ñíguez debe ejercitar y que te invito a descubrir en estos ocho consejos válidos para campeones que quieren seguir marcando la diferencia que les lleve a ser imprescindibles.