El fenómeno de las bicicletas eléctricas continua imparable. Es una realidad constatable por la simple observación de la cantidad creciente de ebikes por las calles y, sobre todo, los caminos. Más allá de una simple percepción, la Asociación de Marcas y Bicicletas de España  (AMBE) acaba de confirmar la buena salud del ciclismo eléctrico con el cierre de los datos correspondientes a 2019.

AMBE agrupa a 38 empresas que representan aproximadamente el 54% del total de la actividad gremial en España. Para conocer la realidad de la bicicleta en este mercado, desde hace unos años encomienda a los especialistas de Sport Panel un estudio que arroja valiosos datos al respecto. Al margen de algunos muy interesantes para el propio sector, los usuarios podemos saber que durante el pasado año se vendieron un total de 1,26 millones de bicicletas, de las cuales 142.766 unidades fueron ebikes.

Esta cifra representa el 11,3% del total y engloba a todos los modelos dotados con algún tipo de electrificación, sean urbanos, de paseo, carretera o montaña. Su crecimiento respecto a 2018 fue del 28,3%, el segundo mayor de todas las categorías sólo por detrás de las bicicletas infantiles (+45,3%). Las de montaña convencionales, por ejemplo, mejoraron su volumen de ventas en el 16,3%.

AMBE no facilita el desglose por categorías dentro de las propias eléctricas, es un dato interno que pone a disposición tan sólo de sus asociados. Sin embargo, volviendo al método práctico, no parece descabellado pensar que cerca de tres cuartas partes de estas ebikes correspondan a modelos de montaña, la temática principal de este espacio, con una penetración muy superior a la que presentan las bicis de paseo o las urbanas.

Otro dato que refleja la madurez del mercado, así como lo caras que son las ebikes, es que el precio medio que pagaron por ellas los compradores durante 2019 fue de 2.403 euros. Se trata de una cantidad muy por encima de cualquier otra categoría, por supuesto de los 699 euros de precio medio para las mountain bikes e incluso los 1.773 euros de las de carretera. Además, los usuarios de ebikes incrementaron su gasto medio en un 11% respecto a 2018.

Por lo general las eléctricas son bicicletas sofisticadas, con tecnología avanzada y componentes de calidad, lo que propicia que se coste de adquisición sea elevado. Hay que tener en cuenta que este dato se corresponde al promedio de las ebikes, incluyendo muchas más accesibles de ciudad o paseo, con lo que obviamente el ticket de las unidades de montaña será significativamente superior.

Y cuando se gasta tanto dinero en un producto, los clientes buscan el asesoramiento de expertos. El porcentaje global de compradores de bicicletas (no solo eléctricas) que acude a una tienda especializada es de nada menos que el 80,1%, confiando el 20% restante en tiendas de deportes o en grandes superficies.

Por último, resulta reseñable la ralentización de la venta de ebikes. Su crecimiento en 2019, como hemos visto, volvió a ser importante pero quedó lejos del 54,2% que se produjo en 2018. Se trata de un hecho previsible teniendo en cuenta que en estos últimos años ya han sido muchos los que se han sumado a la electrificación del ciclismo.

Por supuesto que resta mucho camino por recorrer en este sentido y la progresión debería ser constante durante un tiempo considerable previo a la saturación del mercado, aunque lo razonable es que el ritmo sea algo más contenido. Entre otros motivos, porque empieza a existir un mercado de bicicletas eléctricas usadas que llegarán a segundos propietarios y que no se computan en estas ventas de unidades nuevas.