¿Sabes en qué momento debes jugar cruzado o paralelo?
Aprende todas las claves que debes conocer para dirigir tus golpes adecuadamente y domina a tu contrincante en los intercambios desde la línea de fondo.
Cuando jugamos al tenis, puede parecer que el objetivo principal es que la pelota pase por encima de la red. Es cierto que esa es una condición indispensable si queremos tener alguna opción de disfrutar con este deporte. Sin embargo, si sólo nos dedicamos a pasar la pelota sin ninguna intención al otro lado de la pista, llega un momento en que se nos puede volver un deporte monótono y previsible.
Una de las claves para ser competitivo al tenis es saber seleccionar bien los golpes y controlar la dirección que queremos darle a la bola. Por eso, vamos a ver algunas claves para que tengamos el control sobre nuestros tiros y sepamos jugar cruzado o paralelo en función de nuestros intereses.
El cruzado
El golpe cruzado, por lo general, es un golpe más seguro, con el que incurriremos en menos errores, La pelota tiene más recorrido cuando jugamos cruzado porque la diagonal de la pista es más larga. Además, la red es ligeramente más baja por el centro, por lo que la pelota tendrá menos probabilidades de quedarse en la cinta.
Por ese motivo, cuando no veas una situación clara de ataque en la que debas cambiar direcciones para ganar el punto, juega siempre cruzado. Además, el movimiento natural del brazo, tanto de revés como de derecha, favorece su ejecución.
El paralelo
El golpe paralelo se suele jugar desde un lado de la pista, sin que la pelota pase por el centro. Es un tiro que implica riesgos, pero también nos puede proporcionar mucha ventaja si lo realizamos en el momento adecuado. Normalmente, el golpe más eficaz para realizar un passing es el paralelo, ya que nuestro rival estará en el centro tratando de cubrir la mayor parte de la pista y un golpe cruzado debe ir milimétricamente ajustado para ponerle en aprietos. También es útil cuando tu rival se está cubriendo el revés con su derecha y está tirando demasiado escorado, dejando mucha pista abierta; en ese momento puedes cambiar a un golpe paralelo y tomar ventaja.
Posiciónate correctamente
La diferencia principal entre un golpe paralelo y un golpe cruzado es el momento de contacto y la alineación de tu cuerpo con la bola. Para cruzar la bola, necesitas anticiparte e impactar la pelota delante, sin despegar demasiado el codo del cuerpo. Sin embargo, para jugar paralelo, debes dejar que la bola avance un poco más hacia ti y separar ligeramente el brazo del cuerpo. Debes controlar muy bien las distancias y los momentos de impacto, porque un error de cálculo puede hacer que malogres tu golpe.
Esconde tus golpes
A veces, puedes engañar al rival adoptando una posición para un tiro cruzado y en el último momento, golpear girando completamente el cuerpo y buscando un tiro paralelo que sea inesperado. No es recomendable que abusemos de ello, ya que consiste en una táctica que implica riesgos. Utilízala cuando no estés jugándote un punto demasiado importante o cuando te veas en una posición de clara desventaja y quieras invertir la dinámica del intercambio.
Juega partidos
Al final, la visión de juego se va conformando a medida que vas adquiriendo experiencia con la bola en juego. El peloteo está genial para coger confianza en tus golpes y tener un buen timing, pero jugar partidos es fundamental para que tu cabeza tenga que pensar la forma de que tu rival no llegue a la pelota o cometa un error. De esa manera, empezarás a seleccionar, con cada vez más criterio, tus golpes cruzados y paralelos.