14 años de aquel triple de Herreros…
A sus 36 años, el capitán se levantó desde la esquina y dibujó un triple que se clavó en el corazón de los vitorianos como un punzón de hielo...
El 26 de junio no es un día cualquiera para los enamorados del Madrid de baloncesto, que son legión. Este mismo día del año 2005 se escribió una de las páginas más gloriosas y épicas de su fascinante historia. Fue la noche recordada como 'la del triple de Herreros".
El Madrid de Maljkovic se jugaba la Liga ACB en Vitoria ante un Baskonia crecido y arropado por 10.000 fieles. En el viejo Buesa Arena. El partido iba torcido como los renglones sin solución. A falta de 42 segundos, los vitorianos ya cantaban el alirón en las gradas. El Baskonia ganaba por ocho puntos (69-61) y con tan poco tiempo por delante, parecía absurdo imaginar otro escenario. Pero ahí irrumpió el gen del Madrid que nunca descansa ni se toma días libres. Gelabale, un alero con rastas que parecía sacado de una película rodada en las playas de Jamaica, metió un triple que sólo parecía maquillar la derrota (69-64).
De pronto, el Baskonia se pone nervioso y pierde la pelota. Hamilton mete una canasta de dos y los nervios empiezan a aflorar entre los de Ivanovic (69-66). Prigioni, tantas veces letal e inteligente en sus decisiones, lanza una pelota a la nada. Ataque del Madrid y dos tiros libres. Sonko, encima, falla el primero, pero mete el segundo (69-67). Y llega el gigantón Splitter, se pone nervioso y pierde la pelota de forma lastimosa…
Quedaban 14 segundos para consumar una gesta histórica. Como debe ser, la pelota acabó en mano del Elegido: Alberto Herreros Ros. A sus 36 años, el capitán se levantó desde la esquina y dibujó un triple que se clavó en el corazón de los vitorianos como un punzón de hielo. El último ataque estéril y desesperado de Prigioni sólo sirvió para certificar la hazaña.
Las gradas, en silencio acompañado de un estado emocional acorralado por el shock de lo presenciado. En la cancha, los jugadores del Madrid y los miembros del cuerpo técnico agarrados en una piña plagada de héroes que gritaban al cielo de Vitoria lo que ya sabemos los merengues: “¡Esto sólo lo puede hacer el Madrid!”. Han pasado 14 años. Parece tanto tiempo, pero en realidad lo tengo fresco como si hubiese ocurrido ayer. Herreros rescató ese espíritu ganador que seis años después realimentó Pablo Laso con su llegada triunfal al banquillo blanco. Herreros sigue al lado de Laso en la sección de baloncesto del Real Madrid. Un matrimonio indisoluble y asociado al éxito. Sois muy grandes.