Nuestro equipo de tenis normalmente consta de una vestimenta específica, un calzado específico y, por supuesto, la raqueta. La indumentaria utilizada no sufre un desgaste notable y las zapatillas, por contra, se deterioran inevitablemente por la exigente actividad de piernas que requiere este deporte. Sin embargo, la raqueta es un elemento cuyo estado dependerá en gran medida del cuidado que le demos.

Como bien sabemos, la raqueta no es una herramienta especialmente barata (salvo que encontremos chollos de segunda mano). Estamos hablando de raquetas con unas prestaciones adecuadas y que nos permitan desarrollar nuestro mejor tenis. Entonces, lo mejor que podemos hacer es tratar de conservarla lo mejor posible, atendiendo a las siguientes recomendaciones:

Cuidado con las temperaturas extremas

Tanto el calor como el frío excesivos hacen flaco favor a una buena conservación de nuestras cuerdas; las altas temperaturas deforman el cordaje y provocan una pérdida severa de tensión, lo que afectará notablemente en tu rendimiento en pista. Las bajas temperaturas hacen que las cuerdas se debiliten y el riesgo de partir se incremente considerablemente.

Por eso, evita dejar las raquetas en lugares calurosos durante el verano, como el maletero del coche. Si estás jugando al sol y tienes más de una raqueta, coloca tu equipo a la sombra para evitar que los rayos ultravioleta incidan directamente sobre él. Asimismo, existen raqueteros térmicos que te ayudarán a aislar correctamente tus raquetas de la temperatura ambiente.

Controla la frustración

Como hemos dicho en otras ocasiones, el tenis es un deporte en el que tenemos que convivir continuamente con el error. Ello provoca que, en algunas ocasiones, perdamos la calma y sintamos la necesidad de desahogarnos. Algunos gritan para liberar la tensión acumulada y otros lo pagan con su raqueta. El hecho de tirar la raqueta con fuerza al suelo puede debilitar el marco y dejarla completamente inservible. Por eso, conviene contar hasta diez y mantener la calma para evitar rascarnos el bolsillo de manera prematura.

Renueva el protector del marco

La raqueta está protegida por la parte superior de la cabeza con un protector de plástico que absorbe los posibles impactos o roces que se puedan producir al intentar recuperar una bola baja. Por eso, debes comprobar que el protector siempre esté en condiciones de cumplir su función, ya que, de lo contrario, tu raqueta estará expuesta a un golpe con fatales consecuencias.

Vigila los canutillos o grommets

En otra publicación lo explicábamos, pero volvemos a recordarlo. Los canutillos de la raqueta son los tubitos o anillas de plástico que evitan el contacto directo de las cuerdas con el marco de la raqueta. Si los canutillos se rompen, la fricción entre la cuerda y el marco provocará que las cuerdas se rompan antes y que los orificios de la raqueta se agranden, lo que la puede dejar inservible. Por ese motivo, recambia los canutillos cuando veas que empiezan a deteriorarse.