Apenas hace dos semanas, tuve el privilegio de asistir a Citur, Feria del Turismo de Caza, Pesca y Naturaleza en su doceava edición, en Helechosa de los Montes, en pleno corazón de la Reserva Regional del Cijara.

No es una feria de caza al uso, pues el lugar y las actividades que se desarrollaban de viernes a domingo, hacen que estés directamente en contacto con lo que más nos gusta: el campo. Y en una época del año donde el campo brama con la berrea del ciervo.

Actividades para todos los gustos y edades, tales como: paseos en barca, visitas guiadas a la berrea, degustación de productos locales, Master Class de carne de caza para niños y mayores, vuelo de rapaces, tiro al arco, tirolinas y castillos hinchables, zorro con perros de madriguera, talleres de tallar la cuerna…, y un sinfín de actividades que hicieron una jornada inolvidable para niños y mayores.

El protagonista principal de Citur es la propia naturaleza, en sus mil formas; una tierra abrupta donde un monte sucede a otro. En cada rincón se desarrolla una vida feroz, bosques muchas veces impenetrables solo se paran por el tajo de los ríos. Y en cada instante, te sorprenderá una fauna que se manifiesta abundante, variada y sobre todo cercana. Bosque de encinas, alcornoques, quejigos se salpican de ciervos, jabalíes, muflones. Y desde el aire, siempre vigilantes, muchas de las rapaces y buitres en peligro de extinción.

La Reserva Regional de Caza del Cíjara comprende un vasto territorio de montes públicos en su mayor parte. Declarada en 1966 Reserva Nacional para la protección de especies de caza. De facto, esta se extiende a otros animales que se benefician de esta atención. La limitación de las explotaciones agrícolas y la racionalización de los espacios forestales, hacen de este un jardín de la naturaleza.

Los pueblos de la Reserva constituyen un conjunto armónico de distintas formas de vida en un mismo territorio. Los entornos inmediatos marcan el carácter y el crecimiento urbano de ellos. Herrera del Duque es el más grande, seguido de Helechosa de los Montes, Castilblanco, Villarta de los Montes y Fuenlabrada de los Montes.

Todos y cada uno de estos pueblos cuentan con una amplia gama de hospedajes rurales y restaurantes para hacer que los amantes de la naturaleza, tengan una estancia perfecta. Cuidan el turismo cinegético más que nada, porque es su vida, y ello, queda patente.

Un paraíso para muchos desconocido. Un lugar al que, si vas, siempre quedarán rincones sin conocer. Un lugar donde la naturaleza se aúna con el cielo y el agua del Guadiana para dar vida a flora y fauna que hacen que toda la reserva, sea pura magia.

Desde este rinconcito que comparto con todos vosotros, quiero dar las gracias a la organización y al ayuntamiento por el excepcional trato recibido y por enseñarme tanto. Nos vemos en el monte.