Carne silvestre, carne de caza
Que la caza y la cocina es una parte fundamental de la evolución e historia de los seres humanos es una realidad, reconocida y avalada por antropólogos, paleontólogos y demás eruditos de la evolución. Pero entrar en estas salsas, es harina de otro costal.
Que la caza y la cocina es una parte fundamental de la evolución e historia de los seres humanos es una realidad, reconocida y avalada por antropólogos, paleontólogos y demás eruditos de la evolución. Pero entrar en estas salsas, es harina de otro costal.
Conocido por todos es que, desde siglos, la carne de caza ha estado presente siempre en los grandes festines de reyes y nobles, ningún banquete que se prestara, podía permitirse no disponer entre todas las viandas desplegadas, diversos platos de las distintas especies que cazaban previamente los anfitriones y sus invitados más allegados, desde faisanes o perdices, a jabalíes, corzos o venados.
Numerosos pintores y eruditos de las letras han plasmado en sus lienzos o libros escenas de caza y cocina. Como Alejandro Dumas (hijo) que, en su viaje por España, escribió una joya sobre nuestra gastronomía, siendo los platos de caza un referente en este libro y en la mayoría de recetas que el describe.
Pero de esos tiempos a los actuales, en los que la sociedad se mueve más por modas que por salud, es justo y necesario dar a conocer la carne de caza. Para ello, recientemente se ha lanzado una campaña para dar a conocer los beneficios de la carne de daza y fomentar su consumo: "carne silvestre", es decir, "carne de caza", pero con un marketing 0/0 para no escandalizar a nadie.
A día de hoy, es cierto que esta carne va tomando cada vez más notoriedad, aunque muy por detrás de Europa, la carne de caza cada día es más consumida en hogares españoles, en las que las familias nada tienen que ver con el mundo cinegético.
Su consumo va en alza al tratarse de una carne sana, baja en grasa, con un aporte mínimo de colesterol y ningún tratamiento químico. Un referente en comida saludable que cada vez está más introducida en las dietas de los deportistas de élite por sus valores nutricionales. Al contrario de lo que piensa la gente su cocinado es sencillo y con mil y una posibilidad.
Pero al final yo puedo deciros mil y una maravillas de esta carne porque, hasta que no se prueba y se disfruta, no somos realmente consciente de su valía.
A día de hoy, por suerte, disponemos de empresas que la comercializan y nos la acercan a los comercios habituales y por ende, a nuestros hogares. Empresas que compran directamente las canales de las reses (ciervos, jabalíes, gamos, etc) en las monterías y que luego elaboran y llevan al mercado. Así que no hay excusa para no hacer de esta maravilla un plato habitual en nuestras casas.
Somos nosotros lo que debemos hacer que nuestro gran repertorio de platos cinegéticos no sean algo del pasado, debemos defender y luchar por estos alimentos sanos y ricos que la naturaleza nos regala, por eso os invito a que sorprendáis a vuestras familias, con una rica receta de caza.
Os dejo una receta del Chef Javier Zamorano, muy sencilla, exquisita y que, si la preparamos con los más pequeños, se convierte en un plato irresistible:
Hamburguesa de corzo con confitura de tomate
Ingredientes para 4 personas:
Hamburguesa:
• 300 gramos de lomo de corzo
• 1 diente de ajo
• 2 huevos
• 25 gramos de pan rallado
• Hierbas aromáticas al gusto
• Sal y pimienta
Confitura de tomate:
• 2 tomates maduros (150 gramos aproximadamente)
• 75 gramos de azúcar
• 1 cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra
Elaboración
Se pica la carne de corzo —podemos hacerlo a cuchillo o bien ayudados por una picadora—, la depositamos en un recipiente donde la mezclaremos bien con el ajo picado, el huevo, el pan rallado, las hierbas aromáticas y la salpimentamos al gusto. Dejando esta mezcla reposar durante un par de horas.
Mientras, prepararemos la confitura de tomate lo primero. Después de lavarlos, procederemos a pelarlos —haciéndole una cruz en el culo y 20 segundos de microondas facilitará desprendernos de la piel—.
Se trocean y se ponen en una cazuela junto al azúcar y el aceite de oliva, a fuego lento. Es importante no dejar de mover, ya que corremos el riesgo de que se agarre. Tendremos lista nuestra confitura en 30 minutos aproximadamente, pero la mejor forma de saber que está es cuando saquemos la cuchara con la que movemos y gotee de forma lenta y espesa.
Cocinado y montaje
Con la mezcla de nuestra deliciosa carne de corzo hacemos forma de hamburguesa del tamaño que deseemos, calentamos una sartén y las hacemos a la plancha, procurando no aplastarlas para no perder su jugo. Una vez que las tenemos cocinadas al gusto las retiramos y procedemos a su montaje.
Para este proceso recomiendo usar lechuga ya preparada en la que viene varias mezclas y prescindir de la cebolla y encurtidos que otras hamburguesas llevan.
En pan de hamburguesa —si las hacemos en formato mini resultará más atractivo para los más pequeños— ponemos un poquito de mahonesa en la base, a continuación, la mezcla de lechuga y nuestra exquisita carne encima. Podemos añadir encima de la carne un poco de queso semi-curado manchego rallado y, como toque final, un poco de nuestra confitura de tomate como si de ketchup se tratase, terminando con la otra parte del pan.
Y ya solo queda disfrutar. Os dejamos una foto para levantaros el apetito y las ganas de seguir disfrutando. ¡Que aproveche!