Puertos desconocidos y repletos de rampas de doble dígito
La Vuelta a España ha puesto de moda las subidas de pendientes extremas. Repasamos unos cuantos que todavía siguen en secreto... salvo para los locales
No soy, para nada, un fan de las cuestas de cabras. La tendencia que en los últimos años se ha impuesto en la Vuelta a España con esos finales en alto cortos –o largos, depende- y muy empinados a mí me gusta para un par de días, pero más se me indigesta. Luego también hay que pensar que mis dotes de escalador son más o menos las mismas que las de Cavendish –solo que peor porque él por lo menos es profesional y yo no-, pero una vez es una vez.
Así que para este post y después de haber visto algunos lugares poco explorados, me he puesto a rebuscar puertos que tenemos en este bendito país –qué lástima no haber nacido, qué sé yo, en Dinamarca, donde el punto más alto está como a 180 metros del nivel del mar- donde de cualquier sitio te sale una cuesta. Esa es la idea: sitios para que los más atrevidos os vayáis retorciendo sobre vuestras bicis y cada metro se os haga una agonía. Porque luego todo eso compensa cuando se llega arriba. Si me compensa a mí en cualquier cuestecilla, a los que os atreváis si pasáis por allí os va a encantar. Y, por supuesto, la idea es que no sean sitios muy conocidos: El Angliru, los Machucos, Ézaro, etc, ya están descubiertos por la Vuelta. Esos no se valen. Ahí van cuatro ejemplos:
Miserat-Pico Xillibre (Adsubia, Alicante)
La provincia de Alicante, conocida por el ciclismo profesional por ser uno de los lugares más frecuentados durante los meses invernales de pretemporada, esconde sin embargo algunos sitios completamente diabólicos. Uno de ellos este durísimo puerto que tiene nada menos que un 10,8% de pendiente media. Una auténtica barbaridad, y si a eso le sumamos picos del 24% ya no os quiero ni contar. Son algo más de seis kilómetros con dos mitades que se diferencian por un único descanso de unos 500 metros antes de volver a subir entre el 18 y el 20%. Los últimos metros, bajando gradualmente del 14 al 11, son ya casi un alivio comparado con lo que se acaba de pasar.
Longitud: 6,1 kms. Pendiente media: 10,8% Pendiente máxima: 24%. Altitud: 753 metros
A Barranca (Santiago de Acebo, Lugo)
Otro buen calentón al pecho, cortito pero explosivo, en tierras gallegas. Está en el término municipal de Ribeira de Piquín y la subida empieza al cruzar un puente sobre el río Eo. El puerto tiene seis kilómetros, pero realmente duros son cuatro. Hay uno que tiene una media del 15%. Una auténtica barbaridad, con picos que se acercan al 19%, pero lo peor es que una vez pasado este tramo quedan otros tres mil metros eternos a una media del 12. Lo dicho, un tormento. Encima, con una carretera de asfalto antiguo que, aunque en buenas condiciones, se agarra que da miedo. Una de las grandes sorpresas que guarda Galicia.
Longitud: 6,2 kms. Pendiente media: 10,3%. Pendiente máxima: 19%. Altitud: 827 metros
La Mina (Riogordo-Colmenar, Málaga)
¿Barrer para casa? ¿Yo? Ni hablar. Bueno, tal vez un poco. Pero no me cambiéis de tema. El caso es que este puerto me gusta especialmente por la carretera. Estrecha, rugosa, de esas en las que la bici avanza muy poco. Si a eso le añadimos tres kilómetros donde no se baja del 10%, nos encontramos una verdadera pared. La subida tiene 7,3 kms y está dividida realmente en dos tramos. Los tres iniciales –el primero, ojo, al 13% de media- siempre de doble dígito. Luego un descanso que humaniza el puerto y, por último, otro buen arreón en los kilómetros finales. Lo dicho, un rincón desconocido en la carretera que sube de Benamargosa a Riogordo.
Longitud: 7,3 kms. Pendiente media: 8% Pendiente máxima: 17%. Altitud: 795 metros
Llano de las Palomas (Icod de los Vinos, Tenerife)
Y lo más ‘jevi’, para el final. Además, muchos de nosotros necesitaremos un avión para ir a por él. Estamos hablando de una subida que se encuentra en las Canarias. En concreto, en Icod de los Vinos, localidad famosa por el mítico drago milenario. Desde la misma playa empieza un puerto de nueve kilómetros con una media del 10% hasta el Llano de las Palomas. La parte central es la más dura, con máximas de hasta el 22 y kilómetros enteros a pendientes de doble dígito. También la parte final es realmente durísima, con los últimos 400 metros al 20%. Pero, eso sí, justo después de las peores rampas suele tener algunos pequeños descansos. Una subida para no perdérsela si vais por las Afortunadas.
Longitud: 9,1 kms. Pendiente media: 10% Pendiente máxima: 22%. Altitud: 923 metros
Obviamente he compartido unos pocos, pero eso no significa que sean los últimos. Como habréis podido ver, he querido que tengan una longitud ya respetable, por encima de los cinco kilómetros. Como decía antes, hay tantos ejemplos como rincones por toda España. Quien se anime, puede utilizar los comentarios para compartir el suyo. Aprovecho, por cierto, para recomendaros la web Altimetrias.net -para quienes no la conozcáis-, que tiene datos de puertos de toda España y otros países. Es estupenda. ¡Y ahora... a subir piñones!