¿Es lícito lo que la IAAF va a hacer con Caster Semenya?
Prohibirá que compita desde 400 metros a la milla porque sus niveles de testosterona endógenos son más altos de lo normal en una mujer.
La Federación Internacional de Atletismo (IAAF), que preside el británico Sebastian Coe, publicó ayer una nueva normativa por la que se prohibirá a las mujeres que tengan exceso de testosterona endógena competir en distancias entre los 400 y la milla. Una regla que entrará en vigor el 1 de noviembre próximo y que se justifica, básicamente, porque estas mujeres tienen ventaja sobre las demás a la hora de competir.
La clave de todo esto es que no se trata de casos de dopaje, ni de trampas de ningún tipo. La clave está en que estas mujeres (Caster Semenya no es la única, aunque todo indica que la norma se ha redactado pensando en ella, principalmente) han nacido así. Es decir, que no han cometido ninguna irregularidad y que no pueden evitar que su organismo sea como es.
Evidentemente no tengo amplios conocimientos de Medicina ni de Derecho, pero el sentido común me dice que esta regla es discriminatoria e injusta, con todo el respeto a los especialistas de la IAAF que han decidido que lo que se va a hacer es lo correcto. Pero si llevamos al extremo estas cosas, también es cierto que los kenianos y etíopes de las altiplanicies africanas tienen ventaja sobre los atletas nacidos y criados al nivel del mar; o que los saltadores de altura de más de 1,95 la tienen sobre los de 1,85; que los lanzadores gigantescos tienen más posibilidades de brillar que los de constitución más modesta; que aquellos que tienen a su disposición servicios médicos espléndidos, fisios, magníficas instalaciones y entrenadores cualificados tienen ventaja sobre los atletas casi solitarios en países sin tradición… y que los sprinters de raza negra la tienen sobre los blancos, y a nadie se le ocurre hacer clasificaciones separadas en ninguno de estos casos, como es lógico.
La medida ha causado indignación en Sudáfrica y la ministra de Deportes ha pedido que se recurra al TAS. Y si esto sucede, la IAAF podría sufrir un revés, como ya lo sufrió en una situación similar ante la reclamación de la atleta india Dutee Chand. ¿Y si Semenya acude a los tribunales ordinarios? Sería curioso ver qué pasaría.