Aduriz, de lehendakari al banquillo

Pero no al de los acusados, sino al de suplentes. ¿Qué pasa con Aduriz? Lleva dos meses en los que ha jugado tres ratos. En Pamplona le volvieron a sacar del baúl como fontanero de emergencia. Aduriz tiene el mismo representante que el entrenador: Iñaki Ibañez. Cuando en verano se planteó esta operación, a Unai le daba un poco de apuro porque no quería que nadie pensara que lo recomendaba porque lo llevaba su agente. Hasta ese punto es 'bonachón' este Emery. La cuestión es que al final se le fichó por poco más de cuatro millones y hasta que se lesionó respondió perfectamente: con 13 goles y con todo el trabajo y entrega posible cuando no los marcaba. El club piensa de Aduriz que es un ejemplo dentro y fuera del césped. Un abismo en la comparación con los Miguel, Banega o Fernandes (otra movida nocturna en Turquía, por cierto).

S in embargo, ¿qué ha pasado para que se lo limpien así? Unai precipitó sin necesidad su vuelta tras la lesión en Mallorca y tres días después contra el Schalke. Y desde ahí hasta hoy ha jugado 57 minutos. Ni tanto ni tan calvo. Ha pasado de ser el lehendakari de Mestalla al banquillo. Y antes de lesionarse, el que estaba más en forma era Adúriz y no Soldado. A veces estos bandazos de Unai no son bien entendidos ni por el jugador (que no abre la boca porque es un santo), ni por el vestuario. No es verdad que el club no necesite vender si ficharan a Kevin Gameiro. Y yo en la medida de lo posible me quedaría con Aduriz porque es un diésel, honrado, profesional y demostradamente goleador en su nivel y limitaciones.