Las intrigas vuelven a la ACB

Celebrar una asamblea en un restaurante no es muy normal. "Así se aprovecha la hora de la comida". Ya, pero normal no es. Lo habitual es celebrar primero la asamblea en un hotel, si no se tiene sede, y luego irse a comer. Sobre todo si la asamblea es para tratar un asunto tan serio como la reelección del presidente; y sobre todo también, si se trata de la asociación de un deporte profesional como es la ACB. Eso de quedar en un restaurante, El Frontón, por muy del baloncesto que sea su propietario Juan Carlos Sánchez, quien estuvo en su día en la Federación Española y en el Madrid, no queda muy bien. La ACB celebra siempre sus asambleas en Barcelona, que es donde tiene su sede y una sala habilitada expresamente para reunirse.

No está muy claro a qué viene el cambio, a no ser que sea el primer paso para abrir una delegación en Madrid, propuesta de Sánchez y a quien se le vio muy próximo a Portela, presidente de la ACB, durante la Copa. Algo se está cociendo. Portela quiere seguir, pero hay quien asegura que con 76 años su pretensión es también ir preparando un delfín para cederle la presidencia dentro de un tiempo. Tal posibilidad ha corrido entre los clubes y contra esta teoría se comenta que Querejeta, presidente del Baskonia y hombre de peso, desea que Villacampa, presidente del Joventut, sea quien dirija la ACB. Las intrigas se despejarán el próximo viernes, día que Portela ha convocado tan peculiar asamblea en un restaurante y a la hora de comer.