Necesitamos a Ferrero

Ahora que el deporte español está en la cresta de la ola quiero acordarme de Ferrero, quien no gana un torneo desde octubre de 2003. Fue en Madrid, después de eliminar a Federer en las semifinales. Para que hubiera un Nadal tuvo que haber primero un Ferrero. Ferrero, no lo olvidemos, era a quien quería imitar Nadal cuando éste fue el abanderado de España en la primera Copa Davis que ganamos. No era para menos. Ferrero consiguió el punto de la victoria ante Hewitt, tras haber dado previamente cuenta también de Rafter. Ferrero, tampoco hay que olvidarlo, ganó Roland Garros, fue finalista del US Open tras eliminar a Hewitt y Agassi, y número uno del mundo. ¿Cómo no seguir confiando en un fenómeno que sólo tiene 26 años?

Entre Nadal y Ferrero están Ferrer y Robredo. Jugadores buenos, pero que a sus 24 años debieran tener más consistencia. A poco que Ferrero recuperase su nivel de juego, estaría ahí, con Nadal, disputando las grandes finales. En ello está. Ayer ganó a Vliegen. Vliegen no es que sea una figura, pero tiene un puesto entre los cincuenta mejores del mundo. En Memphis eliminó a Blake, poco antes de que éste privara a Nadal de jugar la final de Indian Wells. Contra Vliegen jugó la pasada semana Nadal en Montecarlo y le ganó fácil: 6-3 y 6-3. Pues ayer Ferrero, en Barcelona, más fácil aún: 6-1 y 6-2. O sea, que Ferrero está en el buen camino. Él se alegrará más que nadie; nosotros también, porque le necesitamos para nuestro tenis.