Cuartos hasta ya sabe a poco

Bueno, pues ya estamos en las semifinales del Europeo de balonmano. Consolidado aquel fenomenal impulso que Barcelona 92 significó para el deporte español, estar entre los cuatro primeros comienza a ser algo habitual para nuestros deportistas. Meterse en semifinales es un logro importantísimo en cualquier competición. Aunque luego entre el primer puesto y el cuarto media todo un abismo. Recordemos lo que sucedió el año pasado con las Selecciones de balonmano y baloncesto. La primera, campeona del mundo, conoció el éxtasis; la segunda, cuarta de Europa, vivió una agonía. Suele suceder, pues el cuarto puesto siempre llega después de dos derrotas seguidas; la última, generalmente, tras una frustrante actuación.

Sin embargo, no darse por satisfecho con un cuarto puesto ya da idea de lo alto que estamos poniendo el listón en nuestro deporte. Cuarto fue Rafael Martínez en los Mundiales de gimnasia, Lino en los de atletismo, Mancebo en el Tour o la Selección de voleibol en su Europeo. Pero, claro, viendo a Alonso, a Pedrosa, a Nadal, a Coma, a nuestros marchadores, a nuestras nadadoras de sincronizada, a nuestros ciclistas de pista, a los equipos de fútbol sala y a un larguísimo etcétera, cómo conformarse con la medalla de chocolate. Esa queda para quienes comienzan, para quienes alcanzaron su techo, pero no para, por ejemplo, nuestros laureados balonmanistas. Cuartos ya son, sí. Enhorabuena, por tanto. Pero no se quieren quedar ahí.