La ACB no es de interés general

Pues terminó la liga ACB y las audiencias de televisión no sufrieron ningún vuelco. Cuando finalizó la liga regular con una media de 627.000 telespectadores (10.000 más que la primera etapa de la Comunidad Valenciana), en la ACB decían: "Ya vendrán los playoff". Llegaron los playoff y la media ha sido de 750.000 telespectadores (10.000 más que el partido de fútbol sala Boomerang-Malwee). Utilizo cifras más a favor de la ACB, sólo la audiencia media de los cinco partidos por el título: 897.000 (10.000 más que el documental Georgia del Sur, de Al Filo de lo Imposible). Y más aún, sólo la del quinto partido en la que tenía que haber forzosamente campeón: 1.352.000 (15.000 más que el Puerta-Davydenko de Roland Garros).

Es una evidencia que la liga ACB ha dejado de interesar hasta a los aficionados al deporte. El sistema de competición recibirá el aplauso de los entendidos, pero no engancha a los aficionados. Tendrá unos cientos de miles de fieles que acuden a las canchas, pero no el respaldo de los millones de personas que se sientan a ver deporte por televisión. Secuestrada por fundamentalistas del baloncesto y por gentes que se enriquecen con la volatilidad de las plantillas, la liga ACB ha recibido el rechazo del interés general. Por eso ahora nadie se rasgará las vestiduras ante el hecho de que TVE aún no haya firmado el contrato con la ACB. Su liga vale lo que vale. Para la ACB, gastos de producción, más tres millones. Para TVE, la mitad.