En todos los hitos que ha conseguido la humanidad siempre se ha remarcado la figura del pionero, pero no tanto de la pionera. Mujeres que marcaron el camino a seguir, abriendo paso en terrenos hasta entonces copados por hombres o que incluso eran inhóspitos para el ser humano por completo. En el Día Internacional de la Mujer, te presentamos a unas cuantas de estas mujeres que fueron un paso más allá de lo que marcaba su tiempo y que en algunas ocasiones no fueron reconocidas como se merecían durante su vida.

Valentina Tereshkova (Máslennikovo, Rusia, 1937)

Fue la primera mujer que viajó al espacio exterior. Lo hizo el 16 de junio de 1963 a bordo de la nave Vostok 6 en plena carrera espacial entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética. A ella le siguieron otras, como la americana Anna Lee Fisher, la primera en hacerlo siendo ya madre.

Maud Wagner (Kansas, 1987 – Lawton, Oklahoma, 1961)

Hoy es habitual ver chicas tatuadas, pero esto se consideraba toda una ofensa hace cien años. Poco se sabe de la vida de Maud, que es considerada la primera tatuadora moderna de la historia. Pasó buena parte de su vida trabajando como contorsionista en los circos ambulantes que cruzaban Estados Unidos a caballo de los siglos XIX y XX. Su devoción por los tatuajes se debe a su marido, Gus Wagner, todo un ídolo del Old School entre los amantes de la tinta.

Elspeth Beard (Reino Unido, 1956)

Esta Británica fue una de las primeras mujeres en realizar la vuelta al Mundo en moto. La comenzó en 1980, a la edad de 24 años, y la finalizó tres años después dejándose más de veinte kilos por el camino y sufrir varias averías y asaltos. En la actualidad es una prestigiosa arquitecta. Y sigue montando en moto cada día.

Amelia Earhart (Kansas, 1897 – Océano Pacífico, 1937)

La de Amelia Earhart es una de esas historias de película (de hecho, Hillary Swank la interpretó en 2009). Se convirtió en una celebridad en la década de los treinta por ser la primera mujer en cruzar el Atlántico pilotando un avión. Después ampliaría sus metas intentando recorrer el Mundo sobre la línea ecuatorial. Sin embargo, durante el viaje se le perdió la pista en las cercanías de la Isla Howland, en el Pacífico, cuando ya solo le quedaba una sexta parte del viaje. Hoy un faro la recuerda en esta isla.

Annette Kellerman (Sidney, 1887 – Queensland, 1975)

Kellerman fue una nadadora, actriz y escritora australiana considerada la creadora de la natación sincronizada. Sin embargo, también pasó a la historia por defender que las mujeres llevaran trajes de baño de una sola pieza (entonces los bañadores llevaban enaguas). Por hacer valer el ejemplo, fue detenida por vestir un bañador de punto de una sola pieza. En aquella época en las playas había un policía encargado de medir que los trajes de baño no enseñaran más de 15 centímetros de muslo.

Kate Sheppard (Nueva Zelanda, 1847 – ibídem, 1934)

Fue la primera sufragista de renombre que consiguió que Nueva Zelanda se convirtiera en el primer país en aprobar el sufragio femenino en igualdad de condiciones a los hombres en 1893. Antes hubo un precedente en 1776 en Nueva Jersey, aunque se debió a un error en la redacción de la norma, y en las Islas Pitcairn, una comunidad de apenas 100 personas entonces dependiente del Imperio Británico. En España las mujeres no pudieron votar por primera vez hasta 1933.

Kathrine Switzer (Amberg, Alemania, 1947)

Hace no tanto tiempo, en 1967, se consideraba que los hombres eran los únicos que podían correr maratones. Algo contra lo que se rebeló Kathy Switzer aquel año al inscribirse en la Maratón de Boston bajo el nombre de KV Switzer. Durante la carrera, la organización intentó detenerla, pero otros corredores la escoltaron hasta su llegada a la meta. En 1975 quedó segunda en esa misma carrera, y ganó la de Nueva York en 1974.

Rosa Parks (Alabama, 1913 - Detroit, 2005)

Fue una figura fundamental en la lucha por los derechos de la población negra en los Estados Unidos de mediados del siglo XX. Natural del sur de país, donde la segregación racial era más dura, pasó a la historia por negarse a ceder su asiento en un autobús a un hombre blanco y pasar al fondo del vehículo, donde estaba la zona reservada para personas de color en 1955. Por este gesto la metieron en la cárcel. Su caso no fue el primero, pero al saltar a la luz pública impulsó a que Martin Luther King, amigo suyo de la infancia, comenzara a desarrollar el movimiento que hoy todos conocemos.