China desata la fiebre de las compras online entre solteros
China celebra hoy, 11/11 el día de la soltería. Una buena ocasión para 'regalarse a uno mismo' aquello que siempre deseaste conseguir, a mejor precio. Alibaba registra 9300 millones de $.
La celebración del Día de las y los solteros el 11 del 11 se ha convertido en un reclamo mundial para la venta de artículos Online. Comenzó en China en 2009, como respuesta al Día de San Valentín, y se celebra este día por ser el día del año que más unos tiene.
Según publica EL PAÍS, Alibaba, el gigante de compras online chino ha registrado ya cerca de 9300 millones de dólares en transacciones comerciales con motivo del Singles Day.
¿Por qué una fiesta de solteros?
La soltería cobra espacio entre nuestras generaciones como una forma de vida igual de saludable que la vida en pareja. Especialmente tras pasar por la experiencia de la ruptura sentimental de anteriores parejas. Son consumidores sin cargas familiares y con cierta disponibilidad económica que les permite darse determinados caprichos.
Conscientes del 'Boom de solteras y solteros', la oferta de ocio, viajes y artículos de consumo crece y se adapta a las necesidades de un público potencialmente atractivo para las compañías y marcas.
Las principales plataformas de comercio electrónico se han puesto manos a la obra y hoy lanzan sus ofertas y descuentos específicamente pensados en singles, y Alibaba, la mayor compañía de compras online del mundo ha batido en el ecuador de la jornada su propio récord de ventas, alcanzando una cifra igual a la de todas las ventas de toda la cadena de El Corte Inglés en un año.
"Muchas gracias a todos. Alibaba es la puerta hacia China. Este 11.11 es el más internacional que se ha visto y estamos solamente en el inicio", aseguró el presidente de Alibaba, Michael Evans, tras anunciar las cifras desde el Cubo de Agua de Pekín, sede de las competiciones acuáticas durante los Juegos Olímpicos de 2008, que ha sido alquilada por la compañía para centralizar toda su campaña de comunicación y donde un gigante videowall proyecta las cifras que se están consiguiendo, en una jornada frenética de consumo compulsivo donde lo menos importante es saber si quien compra tiene o no pareja.