El órgano sexual más potente es el cerebro. Y los límites del sexo los que este nos dicta, lo que nos atrevemos a soñar e imaginar. Para muchos, las fantasías sexuales lo son todo, la parte fundamental del erotismo. Y cuando hablamos de fantasías sexuales siempre hay una que sobresale sobre todas las demás: el sexo en con varias personas a la vez en forma de ménage à trois habitualmente o en grupo. El 21% de la población mundial sueña con ello, según el último Informe Durex sobre Bienestar Sexual 2012.

Los sudamericanos son los que más desean practicar sexo con varias personas (un 25%), seguidos por los europeos (21%) y los norteamericanos (20%), mientras que en Asia y Oceanía son menos proclives a hacer realidad esta fantasía (18%). Por países, los croatas son los más interesados en tener una experiencia sexual con varias personas (33%) seguidos de los rusos (28%). Para el 23% de los españoles es su fantasía sexual principal, por encima de la media europea al igual que en Francia, Alemania e Italia o Portugal, donde la cifra asciende al 30%. Mientras, en la última posición de este ranking se sitúan los nigerianos (3%).

La erotica del streaptease

Pero no solo de tríos vive el hombre (y la mujer). Otras de las actividades que más deseo cerebral, al menos, provoca a los españoles es que les hagan o hacer un streaptease (11%) -por debajo de la media global del 14%- aunque en este asunto los tailandeses son los más interesados (23%) y los japoneses los que menos (5%). Explorar y hacer realidad otras fantasías sexuales (11%) -dos puntos por encima de la media- y dar o recibir masajes (10%) son otras de las actividades sexuales que más deseamos practicar en España.

El sexo anal y oral, los juegos de cambio de rol o con otras identidades (colegialas, enfermeras, furry o cosplay, por ejemplo), el bondage, sado o maso y el sexting ocupan los últimos puestos respecto a nuestros intereses no superando el 10% de personas que lo encuentra entre sus preferencias soñadas en la cama.

Si el trío es la fantasía más recurrente en los hombres y las mujeres, ya sea con personas del mismo sexo u opuesto, la dominación, entendida como la imposición del deseo y el placer del sometimiento, es otra de las preferencias más extendidas junto al voyerismo. Y entre ellas (dos de cada cinco mujeres según algunos estudios) también gana enteros el sexo con extraños.