Desde que llegó a la dirección de la Agencia en 2017, apenas se ha hablado de dopaje. Ante esa plácida falta de ruido, todos los secretarios de Estado miraron a otro lado.
Una chapuza que recae en Terreros, pero que antes la alimentaron políticos y dirigentes veletas, junto a unos jueces sin sensibilidad hacia la lucha contra el dopaje.
La justicia ha dictado que el pasaporte biológico no puede ser considerado como “única prueba de cargo” en las sanciones de dopaje, al contrario que el resto de países asociados a la AMA.
Su sanción por el uso de tramadol abre una peligrosa puerta para pelear contra el dopaje fuera del propio Código Mundial Antidopaje. Pero también tiene una enorme carga de coherencia.
Desde el caso de Maria Sharapova en 2016, el tenis no se había visto golpeado tan arriba por el dopaje como con este positivo de Simona Halep.