NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

MOTO2 | TATAY

Tatay necesita “115.000 euros” que le niegan las federaciones

El valenciano sufrió una lesión medular el pasado 2 de julio en el Europeo de Moto2 y está de visita para reivindicar su situación y contagiar sus ganas de vivir.

CHESTEActualizado a
Carlos Tatay.
Paco Díaz

Visita inesperada en la sala de prensa del Ricardo Tormo, pero importante, la de Carlos Tatay. El valenciano se desplaza en silla de ruedas fruto del grave accidente sufrido el pasado 2 de julio, cuando corría en Portimao en el Europeo de Moto2, con lesión medular de la que lucha por recuperarse y para la que necesita un dinero que no se ponen de acuerdo en cubrir entre la Federación Valenciana y la Federación Española, pero el valenciano sigue luchando.

“Bien, la verdad es que estoy bien. Híper contento de estar aquí, pues pensaba que lo iba a pasar peor de lo que podía imaginar en el paddock, pero ha estado muy bien venir. Muy contento y feliz”, empieza diciendo el chaval de 20 años a un grupo de periodistas que se acercó a saludar, y le preguntamos cómo se las apaña para tener esa enorme sonrisa, que contagia, viéndole como le vemos en una silla de ruedas. Su respuesta: “No sé, la verdad es que quiero ser feliz y desde el principio lo tuve claro en ese sentido, quiero disfrutar al máximo y voy a seguir compitiendo y, por lo tanto, yo creo que es eso lo que no me quita la sonrisa. Esperemos que sea algo transitorio. Es una de las grandes incertidumbres que tengo, pues nadie me sabe decir nada y no se pueda ver realmente lo que está afectado y lo que no en la médula. Hace falta tiempo para ver qué es lo que está pasando. Lo bueno es que no paro de evolucionar y mientras esa evolución no pare es una muy buena noticia y esperemos que continúe así”.

Le preguntamos por lo que necesita, y ahí surge su problema más allá de su delicada lesión: “Me han dejado colgado por todas partes. Ahora mismo sólo tengo a mi familia y amigos y los que tienen que poner orden y echarme una mano, que son las federaciones, se están echando las culpas unos a otros. Unos dicen que me tienen que cubrir la Federación Valenciana y los otros me dicen que me tiene que cubrir la Federación Española. Ahora mismo estoy teniendo reuniones importantes, no con ellos, porque resulta imposible reunirte con ellos, pues no traen ninguna solución. Con ellos es simplemente perder el tiempo, pero sí que nos reunimos con gente importante para ver si pueden ayudarme. Lo que es pésimo es que haya pilotos de MotoGP que intentan ayudarme económicamente en cualquier aspecto y que unas federaciones, que son las que se tienen que encargar de esto, no lo hagan”.

Volviendo a la lesión, el ex mundialista, con tres temporadas en Moto3 y en el equipo Stop & Go en el momento de su accidente, dice que “la verdad es que la evolución está siendo muy buena. Los médicos tampoco se creen mucho lo que estoy evolucionando y eso es muy positivo, porque quiere decir que hay margen de mejora. Continúo trabajando duro. La piscina me está ayudando muchísimo y no voy a parar hasta que esto se acabe. Se necesitan como unos seis meses para que la médula se desinflame por completo y ver un poco, realmente, hacia dónde van a ir los tiros. Aún me quedan casi dos meses para cumplir ese plazo y también que eso era para una lesión completa, en la que la médula está sesgada por completo, pero yo tengo la suerte de que se ha visto que es una lesión incompleta y, por lo tanto, hay algunos resto de la médula. No se sabe cuántos, esperemos que muchos que están vivos y están conectados, y por lo tanto la recuperación puede ser muy larga, pero se puede mejorar bastante”.

El choque de emociones en su regreso al paddock mundialista ha sido importante, pero ha sabido gestionarlo: “Cuando venía el miércoles desde Toledo me lo replanteé, porque estoy pasando una mala situación, ya no física, porque físicamente tengo muchísimo apoyo de toda mi familia y amigos que me están ayudando, pero mentalmente con las federaciones. Venía en el coche llorando y por eso es duro en ese sentido, porque te tienes que acostumbrar, no paras de tener esta situación en la cabeza y es duro pasar estos tragos y que con mi familia no sabemos qué hacer, no sabemos dónde ir, pues es mucho dinero el que hay que pagar para mi recuperación. Es duro, pero al final, desde que tuve la lesión, lo he querido afrontar y quise venir al Europeo, en el que yo competía, para un poco calentar antes de venir a MotoGP. Sabía que aquí me iba a encontrar con muchísima gente. Te miran con cara de lástima y es duro, pero me dije: “Me voy directo al Mundial porque quiero echarle cojones y enfrentarme de cara a la que es ahora mi situación”. Al final son ganas de vivir y de ser feliz, nada más”.

Sobre el reencuentro con los suyos, destaca estos momentos: “He vuelto a ver a muchas personas, a mi jefe y mis mecánicos del equipo. Volverlos a ver pues te emociona. Te emociona porque ves dónde estabas y dónde estás y es bonito tener otro punto de vista un poco más bajito. No poder salir a pista es duro, pero hay que pasarlo, hay que asimilarlo y a echarle cojones”.

Sobre las ayudas que otros pilotos querían brindarle, dice: “Al principio me han escrito muchísimos pilotos de MotoGP intentando ayudarme y por desgracia les he tenido que decir a todos que no pues por cuestiones de abogados lo tenemos todo muy parado, pero estoy empezando a montar ahora una asociación. Al principio no quería, pues me negaba a que gente que no tenía la culpa me ayudara, pero visto que con las federaciones va para largo por temas de juicios y demás, estamos intentando montar todo bien hecho en esta asociación para que la gente que quiera aportar y que pueda que nos eche una mano. Es para poder continuar con la rehabilitación, porque es la única vía que nos queda”. La cifra que necesita la tiene clara: “Hablamos de 115.000 euros al año. Es difícil, porque al final mi familia está trabajando. Mi padre es panadero y es imposible costear esto. Tenemos un piso de alquiler en Toledo, ahora tenemos que cambiarnos de casa, tenemos que comprarnos un coche porque los que tenemos no se pueden adaptar, tenemos que vender nuestra casa, irnos a Toledo, alquilar un piso allí. Son muchos gastos y mi padre intenta casi todos los fines de semana subir y bajarnos para que pueda estar con la familia y demás, pero es duro”. Y un deseo final: “No sé si volveré a correr aquí y tampoco quiero marcarme ese objetivo, porque lo único que haría es frustrarme ¿Como sueño? Ojalá, ojalá, porque es mi vida, pero sí que me gustaría volver a competir. Me gustaría no, lo voy a volver a hacer, y creo que va a ser en las cuatro ruedas”.

Al comentarle que otro piloto que también tuvo problemas importantes fue Kenny Noyes y que para él fue importante volver a ver el accidente, para entenderlo, Tatay también ha querido verlo: “Yo tuve conciencia en todo momento, lo he vuelto a ver y no me impacta, porque sé perfectamente lo que pasó. Estaba plenamente consciente, no perdí el conocimiento en ningún momento y eso no me impacta. Desde la televisión no parece un accidente grave y eso sí que me da un poco de rabia, porque no parece que sea muy ‘heavy’ pero sí que ha tenido consecuencias graves. No es algo que me coma la cabeza, sé lo que pasó, frené un poco de más y en la bajada en Portimao me fui por delante”.

Y ya puestos, le pedimos que diera su punto de vista sobre el final de MotoGP. Lo tiene claro: “Ufff. Siendo español tengo que apostar por Martín, pero es verdad que Pecco tiene una cabeza que es el hombre de hielo, no hay quien lo maree. Pecco es imposible de marear mentalmente, entonces por eso creo que, aunque me gustaría que ganara Martín, porque es español, creo que va a ganar Pecco”.

Normas