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MOTOGP | QUARTARARO

Silencio en Yamaha

Pese a que el motor “ha mejorado”, Fabio Quartararo se muestra más crítico que nunca con su marca y se plantea su futuro. “En las reuniones muchas veces nadie habla”, dice.

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Silencio en Yamaha
MotoGP

¿Es Yamaha la moto más complicada de la parrilla? Fabio Quartararo no tiene dudas: “Para mí, sí”. El campeón del mundo marca sentencia hacia su marca y sus comentarios siembran duda antes su continuar en el garaje japonés, del que no ve reacción alguna ante la falta de resultados. Necesita ver avances y no puede aceptar que, en cuatro carreras, tan solo haya podido subirse al podio una vez. Tercero en Austin y nada más que frustración en lo que va de curso. Ni en las carreras largas ni en la sprint y, así, no puede pensar en luchar por un Mundial. Él mismo lo confesó ante el enfado con su marca, de la que sigue esperando una respuesta a los problemas que “en vez de solucionarlos” se han ido sumando a su lista particular. Por el momento, silencio absoluto en Yamaha.

En una entrevista con La Gazzetta dello Sport, ‘El Diablo’ no duda en atizar duramente a la escudería japonesa: “En las reuniones muchas veces hay silencio, nadie habla”. Ni soluciones ni lamentos. Nadie habla en el seno de la fábrica de Iwata que, pese a que “ha mejorado el motor” durante la pretemporada, mantiene una brecha con la cabeza que “es sustancialmente la misma”. “Solíamos luchar para mantenernos al frente, últimamente no”, apunta Quartararo, sobre unas mejoras que no han servido de mucho en este arranque de curso. Y lo peor llega en el desconcierto de Yamaha al no saber por donde atacar los problemas: “Aún hoy nadie sabe por qué sufrimos tanto, por qué la moto es tan agresiva y yo no tengo ese ‘feeling’ con ella. Eso es lo que me cabrea, ver a los demás hacer estos tiempos, y nosotros ni nos acercamos”.

La motivación no falta porque, asegura, la suya “siempre es muy alta”, aunque la frustración sí que siga aunque al ver que “hace cuatro años rodaba en 1:36.3 y este año hago 1:37.5″ “¿Cómo no estar frustrado?”, se cuestiona el francés, que enumera los principales puntos débiles de su M1: “Le falta potencia y eso requiere que exploremos la aerodinámica, pero perdimos en otras área como la estabilidad en curva”. Cuestión que ha hecho de la Yamaha una moto muy inestable, sin acabar de entender la razón porque “en 2019, los alerones eran más o menos iguales, pero la moto era más estable” y, desde ese año que califica como “el mejor” en su paso por MotoGP, Quartararo recuerda que “en los años siguientes nunca he visto grandes mejoras”. Por ello, nuevo ultimátum a la marca si quiere ampliar su contrato a partir del próximo año: “Ahora solo quiero pensar en este año, pero llegará el momento. Dependerá de la moto de 2024. Si es como la de este año, definitivamente tendré que pensar en algo diferente”. Y seguro que no le faltan candidatos a un campeón del mundo.