Márquez ya asusta
El español fue de los pocos en completar un simulacro de carrera en los test de Tailandia y sus registros le dejan como el favorito en la primera carrera.
Marc Márquez ya es la amenaza de toda la parrilla de MotoGP. Un ocho veces campeón del mundo, en el mejor equipo y con la mejor moto... del año pasado. Ducati ha tenido que tomar una decisión clave esta pretemporada y no han querido tomar riesgos: se quedan en 2024. Los italianos, junto a la aprobación de sus dos pilotos oficiales, han decidido quedarse con la GP24, sabiendo que la congelación de motores se alargará hasta 2027. Motor, chasis y aerodinámica del año pasado. Ese será el punto de partida para los de Borgo Panigale, con la esperanza de seguir desarrollando los dos últimos aspectos en los próximos test oficiales de MotoGP, que no se celebrarán hasta mayo, inmediatamente después del GP de España en Jerez. Para entonces, tendrán tiempo a trabajar en todo lo de 2025 que no ha funcionado este invierno y, hasta entonces, compartirán prototipos con las satélites. Seis motos iguales en pista.
Solo las actualizaciones de las suspensiones y la electrónica serán lo que se lleven de 2025 a las motos del box oficial. Máxima igualdad en Ducati. Y aun con las mismas armas, Márquez ha conseguido destacar por encima de todos. Con diferencia. Cierto es que de un test no se pueden sacar conclusiones claras y que la primera carrera del año será el verdadero examen para toda la parrilla... pero las cosas como son, el español llegará a esa primera prueba del año como el máximo favorito. El rival a batir de toda la parrilla, pero en especial de su nuevo compañero de equipo, Pecco Bagnaia, ganador del GP de Tailandia del pasado curso. Aunque, en esa ocasión, la lluvia fue la protagonista de la jornada.
Durante estos pasados test de Buriram, Marc Márquez fue de los pocos pilotos de la parrilla, junto con su hermano Álex, que completó un simulacro de carrera. Y qué bien le está sentando el rojo. Lo hizo a las tres de la tarde, con sesenta grados en pista y sorprendiendo a su nuevo equipo al querer dar 23 vueltas (la carrera de domingo será a 26). Pero así ya se van acostumbrando a la filosofía de un ocho veces campeón del mundo. Se quiso acercar a lo que serían las horas de la primera esprint del año y dejó mucho de qué hablar en el paddock. Y es que el español ya no solo es una amenazada en el time attack... su ritmo ha demostrado que está preparado y listo para comerse el mundo en busca de un nuevo mundial. Amenaza y asusta a sus rivales, tanto, que incluso Fabio Quartararo salió a la hora de comer para dejar la imagen más curiosa de los test: el francés sacó la pizarra que usa su equipo para llamarle al box y, desde el muro, pidió a Márquez que parara de dar vueltas. Anecdótico, a la vez que curioso.
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La realidad es que Marc ha estado un paso por delante desde que aterrizó en Tailandia. Se trata de un circuito que le gusta, donde se coronó como campeón del mundo en 2019 y donde, al fin y al cabo, siempre ha ido rápido. Analizando su ritmo de carrera, el español está muy por encima de sus rivales. En 23 vueltas, Márquez marcó varios registros por debajo del 1:30, siendo un 1:29.811 su vuelta más rápida en este simulacro. Un giro estratosférico, teniendo en cuenta que la vuelta más rápida en carrera de este circuito tailandés la marcó Marco Bezzecchi en 2023, parando el crono en 1:30.896. El de Ducati ha bajado un segundo ese registro en apenas siete vueltas. Pero hay más: el ritmo medio del octocampeón ha sido de 1:30.361. Medio segundo más rápido que el récord de este circuito en carrera y más de un segundo por debajo que el ritmo medio que le dio la victoria a Jorge Martín ese mismo año (1.31.453).
Mano dura de Márquez para poner fin al invierno y que ponen las expectativas muy altas de cara al inicio de un inicio de año en el que el español no se ve como claro favorito para ese GP de Tailandia. Y es que Marc pone el foco sobre Pecco Bagnaia, campeón en esta carrera en 2024, aunque con condiciones de mojado, por eso los registros no valen para las comparativas. Sí vale la pole del pasado curso, también del italiano, que paró el crono en un 1:28.700 para ostentar el récord del circuito. Pero ni eso le sirve al ilerdense para quitarse presión: su vuelta más rápida en el test de Buriram se quedó solo a una décima de ese registro (1.28.855) e insistió en lo “contento” que estaba, sobre todo por la confianza que le da esta GP24. “Cuando hay confianza salen las cosas”, asegura el español con una sonrisa en el rostro, con todos los objetivos cumplidos de la pretemporada y con las ideas claras: “Lo tenemos todo muy claro, cómo iniciar el campeonato. Satisfecho y con buenas sensaciones”. Viene pisando fuerte y piensa ya en su noveno Mundial.
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