Marini: de la pole con Ducati a último con Honda
El italiano se estrena en un gran premio con el equipo oficial del ‘ala dorada’ con problemas: “Ha sido duro”, admite tras acabar lejísimos en Qatar.
Luca Marini aceptó en invierno dejar la Ducati del Mooney VR46 para subirse a la Honda RC213V que dejaba libre Marc Márquez. El movimiento pareció arriesgado, viendo las prestaciones de la Desmosecici frente al prototipo del ‘ala dorada’, y una vez consumado el primer fin de semana del Mundial de MotoGP 2024, ha quedado patente que la moto japonesa sigue lejos de las más competitivas de la parrilla.
El italiano logró en Qatar 2023 la pole en Lusial con un tiempo de 1:51.762 y el pasado sábado clasificó en 21º posición con un mejor tiempo de 1:52.952, a más de dos segundos de Jorge Martín. Las cosas no mejoraron en la carrera al esprint, y el hermano de Valentino Rossi fue último a 25.553 del madrileño. La temporada pasada Marini fue tercero, a sólo dos segundos del de Prima Pramac. “Un día extraño, honestamente. Porque no esperaba estar tan lejos, ni el equipo. Todo el fin de semana, y en la prueba, estaba más o menos con los pilotos de Honda, pero hoy estábamos muy lejos. Primero, tenemos que entender por qué. Fui muy fuerte en frenada, pero tenemos que mejorar mucho en otras áreas. Si logramos mejorar nuestros problemas, podremos adelantar varias posiciones. Tenemos que tratar de trabajar bien y en la dirección correcta”, decía el piloto de Honda tras acabar el sábado.
Pero los problemas continuaron el domingo para Marini, recibiendo el banderazo a cuadros en penúltima posición y a 42.422 de Francesco Bagnaia, vencedor del GP, empeorando considerablemente su resultado del año anterior, un tercer puesto. “Es alentador ver a los otros pilotos de Honda, y especialmente Mir, luchando por buenas posiciones”, decía el italiano fijándose en el resultado del campeón del mundo de 2020, 13º. “Para nosotros, ha sido una continuación de nuestro fin de semana y tuvimos un pequeño problema que nos limitó en la carrera”, seguía el de Urbino sobre su propio rendimiento. El paso atrás que ha sufrido es evidente a la vista de los resultados, pero también según se desprende de sus comentarios. Ha pasado de irse de Lusail en 2023 con la pole y dos podios a empezar el 2024 en el vagón de cola. “Ha sido un fin de semana duro”, sentencia Marini, quien no se pone excusas y añade: “De todos modos, sin ese problema, quizás tampoco podría haber luchado por grandes posiciones. Para mí está claro lo que tenemos que hacer ahora, pero necesitamos un poco de tiempo para poder probar más cosas. Es la primera carrera, tenemos que ser realistas y estar calmados”. Lo bueno, es que sólo cabe margen de mejora. Lo malo, que la comparación con el mismo fin de semana de la temporada pasada, se derrumba por sí sola. Porque ha pasado de un equipo que el año pasado luchaba por victorias a uno que cierra el primer fin de semana con tres puntos, dos más que el último, el Trackhouse Racing.
Joan Mir se va “satisfecho”
Joan Mir, por su parte, recuperó terreno en la carrera del domingo y entró en los puntos al escalar desde la 17º posición a la 13º. El sábado cerró el top-10 y no puntuó porque en el esprint lo hacen los nueve primeros. En cualquier caso, el mallorquín pone rumbo a Portimao (segunda parada del Mundial), con cierto optimismo: “Hemos hecho una gran carrera, sinceramente. Empecé bien y recuperé muchas posiciones enseguida. Ha pasado mucho tiempo desde que pude disfrutar pilotando así, y eso es realmente positivo. Empezar desde atrás no es fácil, pero hemos hecho un buen camino para estar con Fabio (Quartararo) durante la mayor parte de la carrera. En las últimas cinco vueltas sentí que tenía un poco más que Quartararo, así que lo adelanté e hice una diferencia de un segundo. Luego, en las dos últimas vueltas bajamos mucho y perdimos algunas posiciones, lo cual no es lo ideal. Pero aun así estamos satisfechos con todo lo que hemos hecho y siempre aprendiendo”.