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MOTOGP

Honda cambia de planes

La marca japonesa accede a incorporar ingenieros europeos que, según Marini, “ayudarán a acelerar este proceso” de recuperación por el que atraviesan.

Luca Marini y Joan Mir abandonan el garaje del Repsol Honda durante el GP de Alemania.
HRC

La realidad por las que atraviesan las marcas japonesas en MotoGP parece el cuento de nunca acabar. En esa búsqueda constante por recuperar su hegemonía en el Mundial, las fábricas europeas siguen encontrando ventajas que hacen imposible el resurgir de dos gigantes como Honda y Yamaha. Y tras varios intentos frustrados, desde el continente asiático no ha quedado más remedio que romper (en cierto modo) con su tradición, para incorporar todo aquello que ha llevado, especialmente a Ducati, hasta lo más alto de la categoría reina. Porque a pesar de que la marca del ala dorada había sido, hasta ahora, la más reticente en modificar su filosofía de trabajo, desde Tokio han aceptado que es el momento de cambiar de planes.

Antes de tomar esa decisión, Honda se ha reestructurado una y otra vez. Después de varios cambios en la cúpula de la marca japonesa, ahora con Taichi Honda y Shin Sato al frente, desde Japón también retrasaron ese cambio mentalidad con el encargo de un chasis de aluminio a Kalex, una renovación casi completa de la RC213V o el refuerzo del equipo de pruebas con la llegada de Aleix Espargaró. Pero con el de Granollers fuera de la ecuación hasta que de comienzo la próxima temporada y varios intentos fallidos en el desarrollo de su prototipo, ha llegado el momento de abrir fronteras como reconoce Luca Marini en Sky Sports: “Están cambiado algunas cosas a nivel técnico y humano, incorporando al proyecto MotoGP no solo ingenieros japoneses que tal vez provengan de la F1, sino también italianos y europeos”.

“Las cosas están cambiando” en Honda como reconoce el italiano, y aunque eso no quiere decir que la forma de trabajar también vaya a ser distinta, al menos desde Tokio están intentando “aportar conocimientos técnicos de otras realidades que ayudarán a acelerar este proceso” de recuperación por el que atraviesan. ¿Por qué? “Porque los fabricantes (europeos) progresan mucho cada año y no estamos en la época donde (los japoneses) eran los mejores. Ahora ni Ducati, ni KTM, ni Aprilia se quedan quietas, siempre traen algo nuevo cada año y tenemos que ser mejores que ellos”. Desde la sede del ala dorada quieren entender cómo y qué funciona en las tres fábricas que están marcando el paso en MotoGP. Marini espera “que a final de año podamos estar más cerca de los líderes”, pero siendo conscientes de la realidad.

“La moto de 2024 está un paso atrás con la 2023″

Por mucho que las próximas evoluciones, especialmente en una segunda mitad de temporada donde “Honda prevé traer grandes novedades en componentes” como admite Puig, el team manager del Repsol Honda, “es imposible decir cuánto tiempo llevará la recuperación”, insiste Marini. El prototipo actual de la RC213V “está un paso atrás con respecto al de 2023 y al que se probó en el primer test (de pretemporada) en Valencia”. Por lo tanto, “llevará algún tiempo volver a ser competitivos”. Mientras que desde Japón pensaban que partían “de un nivel superior” en comparación a los años anteriores, la realidad les sitúa como el último constructor en la tabla con casi 300 puntos de diferencia con el líder (Ducati). Pero no pierden la esperanza.

La confianza hacia la fábrica se mantiene en un momento de dificultad, donde el camino hasta la cima será costoso. Por eso no se atreven a hablar de plazos, pero sí dan esperanza. “No estamos donde queremos estar, pero he visto un gran empujón por parte de los japoneses y de todos los que trabajan en el proyecto. Las cosas están cambiando”, dice la versión positiva de Marini, en un proceso donde asegura que han vuelto “al buen camino”. Desde Tokio son conscientes de cuál es el problema en su creación y solo hay un pero que les separa del éxito, como reconoce Puig: “No estamos 100% seguros de cómo solucionarlo”. Por eso siguen trabajando.

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